EL DOCTOR GUZMÁN. Novela.




EL DOCTOR GUZMÁN
NOVELA
POR PEDRO FERNÁNDEZ CUESTA


Retrato del Doctor Guzmán, por Kuesta



Retrato de Pedro Fernández Cuesta, por Marta Ferreras



EL DOCTOR GUZMÁN

1-CATALINA KUPFERBERGEN.
De no haber conocido al Doctor Guzmán (–Sus ojos, señorita, reconcilian a Heráclito con Parménides) la vida de Catalina Kupferbergen probablemente hubiera discurrido (–¡Jo! ¡Me aburro!) de la forma más convencional.
Como casi todas las jovencitas de su edad (Casi como niñas de verdad: labios rojos como sangre) Catalina Kupferbergen no creía en nada. No aspiraba a nada.
Se puso a estudiar bellas Artes como podía haber estudiado otra cosa.
Y si se decidió por esta carrera fue, principalmente, porque había que estudiar poco (–Me han dicho que en Bellas Artes hay que estudiar poco.)
Y porque la gente que estudiaba Bellas Artes era, según palabras de la propia Catalina Kupferbergen, “superguay”.
Al poco de comenzar sus estudios Catalina Kupferbergen comprobó que, efectivamente, la gente era “superguay”: Hizo muchas amistades.
Comprobó también algo que le gustó: No había que saber dibujar ni pintar para aprobar (E incluso para sacar buenas notas).
Catalina Kupferbergen no se interesaba por nada especialmente. Excepto por una cosa: “Tempestad y Peligro”: Voz y guitarra: Francisco Fröbel. Percusión: Salvador Blättner. Bajo: Juan Ignacio Rochowanski.
–"Tempestad y Peligro” me mola cantidad. Su último album es flipante. Salvador Blättner está buenísimo.
Sí. De no haber conocido al Doctor Guzmán (-Sus ojos, señorita, reconcilian a Heráclito con Parménides) la vida de Catalina Kupferbergen probablemente hubiera discurrido (–¡Jo! ¡Me aburro!) de la forma más convencional.
2-LA GRAN EXPOSICIÓN DE ARTE CONTEMPORÁNEO.
Conoció al Doctor Guzmán en la Gran Exposición de Arte Contemporáneo, que tenía lugar cada cinco años en la Gran Ciudad donde ella estudiaba (es un decir) y vivía (en un piso de estudiantes).
El Doctor Guzmán no tenía buena opinión del arte moderno, pero quería ver hasta dónde podían llegar las cosas. Hasta qué extremos podía llegar el ser humano en su degeneración.
Toda la mañana estuvo recorriendo las salas. –Ni una sola obra de arte– pensó, y perdió toda esperanza.
Bajo la lona del Gran Circo del Arte Contemporáneo la chusma de élite pensaba que la Vida Real estaba allí.
Ni una sola obra de arte– pensó Guzmán, y de pronto la vio a ella: Catalina Kupferbergen.
Catalina Kupferbergen le deslumbró. Guzmán tembló. En su corazón bramó una tempestad que le anunció, con toda la violencia, el AMOR. Sintió que la primavera regresaba, y la ternura herida: Como si una muñeca sonriera pálida entre las negras flores. ¿Y por qué razón? Porque se había enamorado a primera vista. ¡Tal fue la importancia de unos ojos!
El viento truculento y fantasmal de la pasión le empujó: –Tengo que hablar con ella a cualquier precio– pensó.
Catalina estaba sola y miraba un cuadro.
Guzmán pensó que su belleza era lasciva y purpúrea y sintió ya su nocturno y dulce aliento por anticipado. Sintió un crepitar de balas en su interior. O como si Lawrence de Arabia dinamitara su férreo corazón. –¡Mata lo inferior dentro de ti!– pensó Guzmán, y se acercó a ella.
Permítame que le diga, señorita, que ese cuadro que mira con tanta atención es sin duda el mejor de toda la exposición, y con esto demuestra usted tener un gusto exquisito.
Catalina miró a Guzmán con cara de asombro, impasible, con los labios entreabiertos como si posara, con cara de tonta, para una revista de moda. Guzmán pensó que sus ojos azules eran como un viento que gritaba azul en el bosque. Pensó que toda ella era una verdadera locura. Pensó que sus labios eran como un viernes que te invita a vivir. Pensó que sin ella el mundo era una oscura mentira, pero que con ella era como si un guerrero azul flameara en la cúspide del infinito.
Había un concierto de hogueras en el corazón del Doctor Guzmán. Pensó que los ojos de ella acogían el bien y el mal y reconciliaban a Heráclito con Parménides.
Ella continuaba impasible. –Sus ojos, señorita, reconcilian a Heráclito con Parménides– dijo entonces Guzmán por decir algo.
Catalina rió entonces. Rió también Guzmán.
Media hora después los dos charlaban en la cafetería de la Gran Exposición.
3-EN OTRO LUGAR DE LA GRAN CIUDAD.
En otro lugar de la Gran Ciudad, mientras el Doctor Guzmán y catalina Kupferbergen charlaban y reían en la cafetería de la Gran Exposición, en una pequeña habitación planchaba Vicky. Junto a la cama, un cofre negro cerrado tenía aspecto de féretro infantil. Vicky planchaba sobre una mesa roja. Máscaras de carnaval en las paredes y una caja vacía. Paredes descoloridas de un amarillo enfermo. Vicky planchaba sobre la mesa roja, muy cerca del cofre negro y la cama deshecha. Su mirada tenía la melancolía de una lluvia negra y helada. De algo oscuro y dulce perdido para siempre.
4-AL DÍA SIGUIENTE.
Al día siguiente, Catalina Kupferbergen escribió en su diario: ¡Jo! Creo que me he enamorado.
5- SU RELACIÓN CON GUZMÁN.
Tiene que tener un pastón- pensó Catalina al saber que Guzmán vivía en un castillo.
Tenía el Doctor Guzmán un Mayordomo muy estirado y antipático que, cuando quería poner una sonrisa agradable, ponía una mueca horrible.
El castillo tenía muchísimas habitaciones.
El castillo donde vivía el Doctor Guzmán tenía pasillos larguísimos. Y muchos cuartos de baño. Y una biblioteca con tantos libros que no se podían ni contar.
Un día Catalina intentó contarlos y no pudo.
Había libros de filosofía y de muchas otras cosas, pero sobre todo de filosofía. También había libros de arte. Y de historia. Y de matemáticas. Y novelas y libros de poesía. Tenía también el Doctor Guzmán muchas escopetas y pistolas y espadas, puestas todas por las paredes. Y ESCULTURAS AFRICANAS.
¡Jo! ¡Yo flipo!
En el castillo, que estaba en las afueras de la Gran Ciudad rodeado por un bosque, vivían: Guzmán, su Mayordomo y criados y criados.
Catalina nunca quiso instalarse en el castillo. Tampoco habló nunca a sus tres mejores amigas (que vivían con ella en un piso de estudiantes) del Doctor Guzmán y su castillo.
¡Jo! ¡Yo flipo!
6-EN LA MISMA GRAN CIUDAD.
En la misma Gran Ciudad donde Catalina Kupferbergen estudiaba (es un decir) y vivía (en un piso de estudiantes con sus tres mejores amigas), en la misma Gran Ciudad donde vivía el Doctor Guzmán (En su castillo, en las afueras, rodeado por un bosque), en la misma Gran Ciudad donde vivía Vicky, vivían (cada uno en su propia casa) los miembros del grupo de rock alternativo “Tempestad y Peligro”: Voz y guitarra: Francisco Fröbel. Percusión: Salvador Blättner. Bajo: Juan Ignacio Rochowanski.
7- FRANCISCO FRÓBEL.
De sus travesuras infantiles (China, china, capuchina, en esta mano está la china) la más sonada fue su intento de envenenar un pozo. El dolor y la furia golpeaban su pecho de niño (El florón está en mis manos, en mis manos está el florón, y la niña que lo tenga que lo guarde con amor).
También quemó unos libros de su padre: Llamas sagradas y verticales que purificaron su cerebro de niño.
Otro día escupió a un profesor universitario y teólogo, amigo de su padre (Contaba Francisco seis años). Francisco fue castigado. En el colegio Francisco fue castigado. Y fue, durante algún tiempo, objeto de las burlas de sus compañeros crueles (tengo una muñeca vestida de azul, con su camisita y su canesú). Hasta que Francisco empezó a repartir (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF!) bofetadas: A sus crueles condiscípulos. Entonces sus compañeros (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡QUE NO DECAIGA!) empezaron a respetarle. Pero los maestros (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF!) continuaron castigándole.
Su primer (I’m free! I’m free! And I’m waiting for you to follow me) grupo de rock lo creó a los diecinueve años: Se llamaba “The Happy Generation”.
El grupo tuvo éxito: Francisco abandonó sus estudios.
Francisco siempre se creyó un artista creador. Un genio.
Para mí la música es un juego, una comedia. En cada actuación tiene lugar un acontecimiento cósmico. El rock es sabiduría trágica –diría más adelante Francisco.
El mismo año en que creó y lideró “The Happy Generation” Francisco se interesó vivamente por la filosofía de Nietzsche. Desde muy joven: ¡Crítica total de la cultura! ¡Un concierto de hogueras en su cabeza! ¡Éxtasis de unas horas de iluminar-golpear-veredas pasión para clamor de catedrales! Desde muy joven: ¡Contra el racionalismo! Lluvia. Nubes en la lejanía. ¡Ahora es el momento! Música de Wagner. ¡Oh, moral implacable! Alarido-oración del alma adolescente de Francisco que el viento fantasmal del otoño arrastraba como hoja muerta.
¡Ditirambos! En la ciudad, los hombres intentaban pasar inadvertidos. Caminaban, como Francisco, por el oscuro sendero de la vida y de la muerte. Pero él quería apartar de su alma joven el dolor tenebroso de la muerte y reírse del tráfico intenso y las calles anchas. Reírse de las oficinas, de la realidad. Vivir, con mirada alegre y agresiva, un sueño como un himno, como un relámpago. No sollozar: ¡Amenazar! No sufrir: ¡Golpear! ¿Cómo reprochárselo? ¿Qué puede hacer un joven cuando agoniza su infancia y las nubes desfiguradas incendian el cielo al atardecer? Francisco fue un feroz lector de Nietzsche. ¡Su apetito era insaciable! Como una Mantis Religiosa era capaz de devorar, enteras, presas mucho mayores que él mismo. La acción de aquellos libros fue devastadora en el alma del joven Francisco. Soñaba, se estremecía con pensamientos voluptuosos. Un delirio de nenúfares purpúreos palpitaba en sus ojos.
Quería ser un héroe encontrando la salida del laberinto antes de que, al anochecer, su risa reposara bajo los cipreses.
¡Aún es temprano!– pensaba Francisco, y una ebriedad de oro era el sol que flameaba en su alma. Su alma que, entre la niebla, buscaba la salida del laberinto tropezando con tétricos fantasmas y con el frío azul de la luna. A veces creía ver un ángel familiar entre la niebla helada: Sonriendo. Y entonces su alma ardía como un bosque y su espíritu se abismaba al fondo de un estremecimiento purpúreo.
Saboreaba, devoraba los relámpagos mentales de Nietzsche, que hacían que sus sueños pisoteados y su melancolía se transformaran en alegría tenebrosa e incandescente.
Ahora sabía que la filosofía era algo profundamente negativo y que Nietzsche no era un filósofo sino un poeta que, con su llave negra y dorada, estimulaba su espíritu de ataque. –¡Voluntad!– gritó el adolescente Francisco, y se consagró al adiestramiento físico: Para fortalecerse, para confiar en sí mismo. –La chica que me vuelve loco se ha marchado- pensó Francisco –, pero tengo que recobrar la fe en mí mismo, ¡demostrarme que soy superior a los demás!
Una ausencia infinita. Tardes. Horas tristes y oscuras de la adolescencia. Horas lúgubres y dementes: Temor de la luz que destruye los dulces sueños de la noche. Amor a las lápidas polvorientas cubiertas de hojas de otoño.
El nacimiento de la tragedia. Retorno a Heráclito. Contra todo. Odio ciego, cólera espléndida y vertical en el abismo de su corazón negro.
¡Sí, la metafísica debilita la vida!– pensaba Francisco cuando todos los años, en otoño, aparecía la melancolía.
¡Contra el más allá de los fenómenos!– gritaba Francisco cuando enfermaba su corazón enamorado.
Y cuando Francisco tenía a su lado un cuerpo desnudo comprobaba que, efectivamente, el arte abre a la esencia del mundo.
¡Romanticismo! Delirio de sueños dulces. ¡Dolor purpúreo que le despertaba a media noche!
Francisco presentía que las palabras de Nietzsche surgían de la honda negrura de la muerte, pero le daba igual. ¡Se emborrachaba de inmensidad! Se reía de los rebaños y de las virtudes. Y su alma se pudría cada vez más en el sinsentido del odio.
¡Lascivia! Francisco se arrodillaba ante el florido altar del sexo. ¡Muerte de Dios!: Francisco devoraba su existencia sin arrepentimiento.
Las llamas sagradas y verticales del amor lo purificarían todo, creía él.
Y desde la cúspide de su IGNORANCIA juvenil creía poseer la suprema sabiduría.
Pero...
La sangre del crucificado torturaba todavía sus pensamientos.
¡Tierra, trágame!
Sí. El mismo año en que creó y lideró “The Happy Generation” Francisco se interesó vivamente por la filosofía de Nietzsche. El grupo tuvo éxito: Francisco abandonó sus estudios. Luego: Giras, peleas (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡ME HAN HERIDO! ¡QUE TE JODAN!), denuncias, conciertos (¡QUE NO DECAIGA!), en directo, etc.
Luego: “Tempestad y Peligro”: Voz y guitarra: Francisco Fröbel. Percusión: Salvador Blättner. Bajo: Juan Ignacio Rochowanski.
La mayoría de los grupos actuales tienen una falta total de seguridad instintiva– diría más adelante Francisco.
Y luego (MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE) conoció a Vicky. Ella era el amor (o eso pensaba Francisco) pero: ¿Dónde estaban los pájaros, dónde la melodía de frondas verdes, los árboles, la luz? Sólo un perfume extraño y efímero que abrasaba (¡Ah, qué bien!) magnífico. Sólo un misterio que abatía y desgarraba y empapaba de lágrimas los cristales.
Un día Vicky dijo a Francisco: –No te merezco. Y abandonó precipitadamente el cadáver vivo de Francisco en su huída. Cadáver vivo de Francisco Fröbel que se pudriría entre rosas negras y enfermas. ¿Qué acaricias entre tus suaves manos, Vicky? ¿Un corazón? Sí. Abandonaste precipitadamente el cadáver de Francisco para poseer su corazón. Y ahora, dulce Vicky (dulce criatura melancólica) acaricias tu tesoro con manos suaves. Y lo estrechas suspirando contra tu pecho desnudo. Pero, perdona que te lo diga Vicky, hay algo lóbrego en este corazón terrible y negro ya marchito.
¡Mírame a los ojos Vicky, no te hagas la idiota! Alza tu rostro, muéstrame tus ojos (cuyos párpados ahora ocultan) y contesta: El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
Francisco siempre siguió pensando en ella, a pesar de otras mujeres...
8- SALVADOR BLÄTTNER.
Fue un niño bueno: Al corro la patata, comeremos ensalada, lo que comen los señores, naranjitas y limones. Achupé, achupé, sentadito me quedé.
Fue un niño bueno, pero pronto se dio cuenta (¡Qué me dices! ¡Asombroso! ¡Ah! ¡Oh cielos! ¡Es extraño! ¡Caramba, caramba!) de una cosa: Tenía que fingir ser malo. (¡Qué me dices!)
A los veinticinco años entró en el grupo “Tempestad y Peligro”, cuyo líder, Francisco Fröbel, procedía de los desaparecidos “The Happy Generation”.
Luego: Giras, peleas (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡ME HAN HERIDO! ¡QUE TE  JODAN!), denuncias, conciertos (¡QUE NO DECAIGA HERMANOS!) en directo, etc.
9-JUAN IGNACIO ROCHOWANSKI.
Fue un niño enfermizo y de carácter retraído: A mi burro, a mi burro le duele la garganta; y el médico le ha puesto una bufanda blanca.
A los veinticuatro años entró en el grupo “Tempestad y Peligro”, cuyo líder, Francisco Fröbel, procedía de los desaparecidos “The Happy Generation”.
Luego: Giras, peleas (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡ME HAN HERIDO! ¡QUE TE  JODAN!), denuncias, conciertos (¡QUE NO DECAIGA TÍOS!) en directo, etc.
10- AL PRINCIPIO.
Al principio, el Doctor Guzmán no hablaba nunca de cosas importantes. Solía decir bromas (–Mi profesor de metafísica tenía cabeza de bombilla) para hacerle reír a ella. Pero luego empezó a hablar de cosas (–El equipo encabezado por Harry T. Chugani, de la Universidad de California, ha demostrado que la actividad de la corteza prefrontal aumenta cuando...) que a Catalina Kupferbergen le resultaban, según sus propias palabras, “un coñazo”.
El equipo encabezado por Harry T. Chugani, de la Universidad de California, ha demostrado que la actividad de la corteza prefrontal aumenta cuando...
Y Catalina no entendía nada (¡Jo! ¡Me aburro!).
Pero no importaba. Porque otras veces (las más) Guzmán era muy simpático: –Mi profesor de metafísica tenía cabeza de bombilla.
11- EN LA GRAN CIUDAD.
En la Gran Ciudad vivía también el Doctor Pelayo.
El Doctor Pelayo caminaba en círculo. Por senderos espinosos o dulces llanuras. Eternamente: Nunca alcanzaría la paz.
Eternamente en círculos por un reducido espacio caminaba.
¿Te imaginas?
El Doctor Pelayo se encontraba encerrado en una especie de cárcel flotante, en medio del espacio.
(¡Oh, cielos!)
El Doctor Pelayo subía escaleras pero siempre regresaba al punto de partida: Eternamente.
¡Qué me dices! ¡Asombroso!
El Doctor Pelayo existía y no existía. Era realidad y era fantasía. Era cuerpo y sombra de un cuerpo. Era creación y era creador.
(No será tanto).
El Doctor Pelayo creía volar lejos, muy lejos de la tierra. Y a la vez era parte de la tierra, aprisionado en la tierra. Sus alas batían veloces y a la vez estaban inmóviles. Volaba hacia adelante pero su sombra lo hacía en sentido contrario.
¿Te imaginas?
El Doctor Pelayo se desdoblaba llenando todo el paisaje. Era campo sembrado y nubes de tormenta, mar y tierra, pueblo y vacas pastando.
(¡Caracoles!)
El Doctor Pelayo era grande y pequeño, uno y múltiple. Los espacios que su ser dejaba vacíos eran también él mismo.
¡No! ¡Basta!
El Doctor Pelayo se agrandaba, se inflaba de forma monstruosa, pero nunca estallaba, dando lugar a una tensión angustiosa eternamente mantenida.
(¡Socorro!)
El Doctor Pelayo trataba de defenderse de algo horrible que le acosaba, destruyéndolo. Y con furia se destruía a sí mismo, sin darse cuenta.
¡Por favor! ¡No!
Sí. Lo que pasa es que todo esto le ocurría al Doctor Pelayo sin salir de su habitación.
(Ah, eso es otra cosa).
Otra cosa: El Mayordomo de Guzmán era lo contrario del Doctor Pelayo. Pues el estirado y antipático Mayordomo de Guzmán era instintivo, pasional, brutal, casi no-humano (Animal). ¿Y el Doctor Guzmán? Quizá una síntesis de los dos. O tal vez ambos vivían (Y LUCHABAN) en el alma de Guzmán.
12- LA GRAN CIUDAD: EL GRAN CIRCO.
En las afueras de la Gran Ciudad (Negros postes de la luz: sus cables, renglones del cielo), en la explanada donde se alzaba la inmensa tienda, bramaba un viento helado que anunciaba, frío y azul, a las doradas hojas del otoño, la muerte.
Mientras, en el corazón de la Gran Ciudad, bajo la lona, una canción alegre: Risas. Festejar. Danzar. Disputar. Estremecer... ¡Sollozar!
Cuando agonizaba el sol en la Gran Ciudad el frío azul de la luna llamaba a los tétricos fantasmas sin alma de la noche: Niñas casi como mujeres de verdad: Labios rojos como sangre. Con movimientos que quemaban y abismaban el espíritu al fondo de un estremecimiento negro y purpúreo. Con piernas que se deshacían en incienso y música para, infierno azul, olvidar. Devastar. Verter para elevar. Contemplar. Venerar para desnudar. Amar. Saborear para devorar. Confundir. Gemir. No pensar. ¡Enmudecer!
Las muñecas han sido siempre y siguen siendo el juguete favorito de los hombres de alma negra que, durante el día, trabajan en oficinas (Por poner un ejemplo).
Tétricos fantasmas de la Gran Ciudad que era como una GRAN BLASFEMIA: Calles anchas, tráfico intenso, sueños pisoteados, labios rojos como sangre. Como sangre para que te sintieras dichoso. Para estimular a los UNIVERSITARIOS SIN CEREBRO y a los intereses egoístas de sus PROFESORES. Para estimular almas negras de funcionarios: Para que olvidasen la humillación, la vejación de no ser más que animales durante el día.
Para intentar localizar, entre la negra podredumbre de la noche luminosa, a la chica que a uno le volvía loco. ¡Qué dulce esa boca peligrosa que tiembla!: Dulzura. Canciones. Labios. Para clamor éxtasis: Hogueras de pasión: Vida. ¡Y qué azules eran los ojos de aquella mujer, Dios! Y su alma... ¡Y su alma... oh, cuán negra era, madre!
Los hombres y las mujeres de la Gran Ciudad no amaban las tristes y oscuras aldeas, la muerte, la oración y el silencio. No habían conocido los bosques solitarios, azules y salvajes. Y olvidaron los dulces paisajes de la infancia. Los hombres y las mujeres de la Gran Ciudad temían la luz del sol, que destruía los dulces sueños de la luminosa noche de la Gran Ciudad (Una oscura mentira). Temían las lápidas polvorientas cubiertas de hojas de otoño. Temían los pájaros azules, los Ángeles solitarios. Temían las catedrales abandonadas: ¡TEMÍAN A DIOS!
Por eso en el corazón de la Gran Ciudad, en la noche, se escuchaba un canto que era como una GRAN BLASFEMIA.
13- (PERO NO TODOS CANTABAN).
En la vieja Catedral Gótica, que en el corazón de la Gran Ciudad todavía se alzaba, el BUEN JESÚS CRUCIFICADO sollozaba. ¡Toda la Vieja Catedral sollozaba! SE DESHACÍA COMO UNA GRAN HOGUERA.
14- ¡AL CORRO LA PATATA!
Estudiantes universitarios, oficinistas, obreros, niñas casi como mujeres de verdad con sus labios de sangre roja y amarga: ¡TODOS ELEVABAN SU SATÁNICA Y BLASFEMA CANCIÓN AL GRAN SEÑOR DE LA NOCHE LUMINOSA DE LA GRAN CIUDAD!
15- PERO AQUELLA NOCHE:
Pero aquella noche, como todas las noches, no todos cantaban: Eran las doce de la noche. Junto a una cama, un cofre negro cerrado tenía aspecto de féretro infantil: Vicky planchaba sobre una mesa roja. Máscaras de carnaval en las paredes descoloridas y enfermas. Vicky planchaba sobre la mesa roja, muy cerca del cofre negro y la cama deshecha. Su mirada tenía la melancolía de una lluvia negra y helada. De algo oscuro y dulce perdido para siempre.
Vicky no cantaba. Caminaba por un sendero religioso y oscuro. Afuera: El tráfico intenso, las calles anchas, las nubes desfiguradas de la noche. Vicky no cantaba: REZABA: Pater noster qui es in caelis. Sanctificetur nomen túum. Advéniat regnum túum. Fíat voluntas túa, sicut in caelo et in terra. EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA DÁNOSLE HOY Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES; Y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN; MAS LÍBRANOS DEL MAL. AMÉN.
16- ¿Y EL AMOR?
Aquella noche, como otras muchas noches, Francisco, Salvador y Juan Ignacio se enredaban en extrañas filosofías (Los tres solían reunirse en casa de Francisco).
Sí, pero sólo dos de sus dieciséis capítulos...
¡El eterno retorno! ¡Tu símbolo celeste!– interrumpió, ironizó Francisco.
Sí, sólo dos de sus...
¡Es esencialmente inmoral!– exclamó Juan Ignacio.
Sí, pero sólo dos de sus dieciséis capítulos...
¡El eterno retorno! ¡Tu símbolo celeste!– interrumpió, ironizó, exclamó Francisco.
¡Es esencialmente inmoral!– repitió Juan Ignacio, y continuó diciendo: –Nocturno amigo, es esencialmente inmoral todo ese ¡BAWG! ¡PAW! ¡TCHHHH! ¡PZZRAT!
¡No dispares Juan Ignacio!– bromeó Salvador, y continuó diciendo: –Sólo quiero explicar que dos de sus dieciséis capítulos...
¡El eterno retorno! ¡Tu símbolo celeste!– interrumpió, ironizó, exclamó Francisco...
Otoño. Francisco, Salvador y Juan Ignacio se enredaban en extrañas filosofías (?)
¡Eso es amargo como una negra blasfemia!– interrumpió, ironizó, exclamó, gritó Juan Ignacio –y puedes meterte por el...
En la melancolía de una noche purpúrea Francisco, Salvador y Juan Ignacio se enredaban en extrañas filosofías (?)
Sí, sí, de acuerdo. Pero sólo dos de sus dieciséis capítulos...
Francisco, Salvador y Juan Ignacio se enredaban en extrañas filosofías aquella noche de otoño, en una de aquellas famosas reuniones en casa de Francisco: Aquellas noches, aquellas reuniones interminables...
La casa de Francisco: Las sucias cortinas, los cráneos de animales con largos cuernos por las paredes. Una pequeña cómoda de madera y, sobre ella, libros y papeles en desorden. Una guitarra eléctrica sobre la cama deshecha y afuera, tras la ventana: El tráfico intenso, las calles anchas, las nubes desfiguradas...
Con gesto vanidoso sonreía él: Juan Ignacio. Con gesto cruel sonreía él: Salvador. Había algo de lóbrego y truculento en su mirada: Francisco. Francisco, Salvador y Juan Ignacio se perdían en el confuso bosque de sus palabras inútiles:
Yo puedo escuchar la llamada de la tierra en los hogares humildes– bromeó Salvador.
Y yo en los labios podridos de los acróbatas ebrios– exclamó Juan Ignacio.
¡Yo en el rock más chocante y sorpresivo!– interrumpió, ironizó, exclamó Francisco.
¡Una pregunta esencial! ¿Qué grupo lideró anteriormente...?
¡Es David Lagamme, un buen amigo!– exclamó Juan Ignacio.
¡Tierra trágame!– exclamó Francisco, y continuó diciendo: –Quisiera robar un cadáver el día de Pentecostés enarbolando antorchas...
¡Mata lo inferior dentro de ti el día de Pentecostés!– bromeó Salvador.
¡JA, JA, JA, JA! (Ju, ju, ju, ju,,,) ¡JE, JE, JE!
Francisco, Salvador y Juan Ignacio reían.
Afuera, tras la ventana, el tráfico intenso.
¿Qué diferencia existe entre el animal y el hombre?– preguntó Francisco.
¿Puedo yo dominar mis emociones?– preguntó Juan Ignacio.
¿Pueden ser dulces unos ojos?– preguntó Salvador.
Tras el cristal: Calles anchas, tráfico intenso, sueños pisoteados: los tétricos fantasmas de la noche.
¿Cómo puedes creer que el alma se divide en tres partes?– preguntó Juan Ignacio.
¿Qué sería del rock sin la violencia?– preguntó Francisco.
¿Y el amor?– preguntó Salvador.
Tras el cristal: Calles anchas, tráfico intenso, sueños pisoteados: los tétricos fantasmas de la noche.
Nuestra música es contra natura, por eso es tan buena– dijo Francisco.
No te jactes– dijo Juan Ignacio.
Me interesa el amor– dijo Salvador.
Tras el cristal: Calles anchas, tráfico intenso, sueños pisoteados: los tétricos fantasmas de la noche.
Odio la prensa musical– dijo Juan Ignacio.
Fui expulsado del instituto– dijo Francisco.
¿Pueden ser dulces unos ojos?
En la habitación, tres hombres (Francisco, Salvador y Juan Ignacio) se perdían en el confuso bosque de sus PALABRAS INÚTILES:
Nunca me gustó el instituto– dijo Francisco.
Eras muy violento– dijo Juan Ignacio.
Me interesa el amor.
Tras el cristal: Calles anchas, tráfico intenso, sueños pisoteados: los tétricos fantasmas de la noche.
¿Dónde van los suicidas tras la muerte?– preguntó Juan Ignacio.
Nunca me gustó tomar apuntes– dijo Francisco.
¿Y el amor?
En la habitación, tres hombres (Francisco, Salvador y Juan Ignacio) se perdían en el confuso bosque de sus palabras inútiles:
17- ¿QUÉ DIFERENCIA EXISTE ENTRE EL ANIMAL Y EL HOMBRE?
¿Qué diferencia existe entre el animal y el hombre?– pensó Francisco. –El animal no lleva prendas con sellos de prestigio (fibras fabricadas por Du Pont: Es importante que usted, en el momento de la compra, busque una cálida etiqueta). Los animales no saben que la fantasía abre los anchos caminos (Las niñas dulces y sentimentales gustan de la poesía). El hombre puede decir: –Yo no lo merezco. Y también: –Me encuentro honrado con todos ustedes. El hombre puede pensar: –Hoy va a lucir el sol. ¿Por qué precisamente este día?
El nuevo año está llamando a la puerta.
El hombre puede decir: –¡Ha estallado la guerra caliente!– Y comprar radiadores con todas las ventajas de la calefacción central y ninguno de sus inconvenientes (Termostato regulador de temperatura incorporado y piloto indicador). El hombre puede gritar: –¡El calor es sano!
El hombre puede
18- EXAMINAR DE CERCA
un busto femenino suave y natural.
19- EL HOMBRE PUEDE
tener miles de “fans”. El hombre puede tener una bellísima y rubia acompañante. Puede saludar efusivamente a un amigo. Su peinado puede ser sencillo. O TENER SANGRE DE ASTURIANOS EN LAS VENAS. El hombre puede arrodillarse fervorosamente ante un altar. Puede llegar tarde a una fiesta e irse luego rápidamente.
20- O TENER UNA BELLÍSIMA ACOMPAÑANTE con prendas íntimas variadas y alegres (Ella cuidaba los conjuntos interiores). Se sentía femenina. Combinaba cuidadosamente las prendas íntimas con las exteriores.
Vicky tenía
20- VARIOS SUJETADORES A JUEGO.
Colores lisos y estampados. La más amplia colección de estampados. ¿Llegué a conocer a fondo a Vicky? ¿Qué diferencia existe entre un hombre y un animal?– pensó Francisco.
La mujer moderna, a la vez que cuida su elegancia externa, no debe abandonar la moda interior. Vicky: Un anchísimo cinturón ajustaba tu abrigo.
Disfrutábamos en intimidad con intensidad. Su forma de amar era variada y asequible. Siempre la posición más adecuada. Nos acoplábamos en la intimidad según nuestras posibilidades y gustos.
Encendida y aromática Vicky. Carne blanca. Su boca dulce era la indicada.
Con ella nunca eran necesarias las palabras. Bastaba una insinuación de acercamiento. Y luego nos acoplábamos según nuestras posibilidades y gustos.
Noches de apasionadas expansiones con Vicky.
¿Qué diferencia existe entre un hombre y un animal?
La esbelta libélula devora al saltamontes purpúreo. El águila real, flameante, a la abutarda (que muere con ojos atónitos). Y el camaleón azul, cuya lengua supera en longitud su propio cuerpo, captura a la esbelta libélula y se regocija con su dulce cuerpo en la noche.
En la habitación, tres hombres (Francisco, Salvador y Juan Ignacio) se perdían en el confuso bosque de sus palabras y sus pensamientos inútiles:
22- ¿QUÉ DIFERENCIA EXISTE
entre un hombre y un animal?– pensó Francisco.
Tras el cristal: Calles anchas, tráfico intenso, sueños pisoteados: los tétricos, fríos fantasmas de la noche. ¿Y el amor? Porque todos los chicos quieren lo mismo y luego la luz que destruye los dulces sueños de la noche.
¿Qué diferencia existe entre un animal y un hombre?
El hombre puede pensar: Hoy va a lucir el sol.
Y devastar en un momento una obra de siglos.
(Restos negros de una catedral azul volada con dinamita)
(Campanario e iglesia alcanzados por la artillería)
El hombre puede decir: Yo no lo merezco. Y abandonar precipitadamente cadáveres en su huída (Negruzcos cadáveres que se pudren entre rosas negras y enfermas).
El hombre puede gritar: ¡Magnífico avance!
Y contemplar impasible la agonía de los moribundos.
¡Magnífico avance!: Un halcón peregrino se lanza sobre su presa en picado, desde lo alto, muy vertical, alas casi plegadas, llevando dos luces de rodaje en las patas principales (La planta motriz está constituida por dos turbo-reactores Pratt & Whitney).
Me encuentro honrado con todos ustedes, caballeros: ¡Magnífico avance! ¡Magnífico instinto animal! Este es nuestro lema, caballeros: ¡Matar para no ser matados!
¿Qué diferencia existe entre el animal y el hombre?
Instinto: Estudiantes universitarios SIN CEREBRO que se ríen del mendigo que duerme sobre el asfalto. Todo es una cruel mentira.
¡Todo! Pero... ¿Me esforcé yo en llegar a conocer a fondo a Vicky? Disfrutábamos en intimidad con intensidad -pensó Francisco- pero...
CON ELLA NUNCA ERAN NECESARIAS LAS PALABRAS. El alma de Vicky era como un cofre cerrado del que salía una débil luz. Intenté forzar la cerradura y la luz se apagó. Ahora mi vida es como si viajara siempre en un vagón
23- DE UN TREN
en marcha. Tras los cristales siempre llueve. Ni siquiera puedo descansar en el cementerio. Porque (por ahora) todas las tumbas están completas.
24- OTOÑO. LAS SUCIAS
cortinas. Cráneos de animales con largos cuernos en las paredes. Una pequeña cómoda de madera y, sobre ella, libros y papeles en desorden. Afuera, tras la ventana, el tráfico intenso, las calles anchas, los tétricos fantasmas de la noche.
Francisco, Salvador y Juan Ignacio se enredaban en extrañas filosofías (?):
25- NUNCA ME GUSTÓ
el instituto– dijo Francisco.
Eras muy violento– dijo Juan Ignacio.
¿Y el amor?
Me interesa
26- EL AMOR
pensó Salvador –pero: ¿Existe el amor?
27- EN LA HABITACIÓN:
Tres hombres: Francisco, Salvador y Juan Ignacio.
¿Qué diferencia existe entre el animal y el hombre?
¿Puedo yo dominar mis emociones?
¿Pueden ser dulces unos ojos?
Tras el cristal: Calles anchas, tráfico intenso, sueños pisoteados: los tétricos fantasmas de la noche. ¿Y el amor?
Había cráneos de animales con largos cuernos en las paredes.
Había una pequeña cómoda de madera.
Había, sobre la cómoda de madera, libros y papeles en desorden.
Había una guitarra eléctrica sobre la cama deshecha...
¿Puedo yo dominar mis emociones?– pensó Juan Ignacio.
¿Puedo yo dominar mis emociones? Porque, hace unos días, casi se me saltan las lágrimas releyendo “Heidi” de Juana Spyri. ¿Qué pensarían de mí mis amigos si supieran esto?
¿Qué pensaría el irónico, lóbrego y truculento Francisco?
¿Qué diría el bromista de Salvador?
El caso es que me gustó releer “Heidi” de Juana Spyri. Fue el primer libro que leí en mi infancia. La historia me pareció
28- ESTÚPIDA
pero me gustó. Casi se me saltan las
29- LÁGRIMAS.
¡A mí, a Juan Ignacio Rochowanski, un tipo duro!
¿Y por qué va a ser
30- ESTÚPIDA
la historia? Yo soy
31- ESTÚPIDO
por mis prejuicios.
Heidi”: buen libro. ¿Quién sería la autora? Me gustaría saber algo de la vida de Juana Spyri (José Antonio Vidal Sales -1974- sobre la adaptación).
Pobre Heidi, pensaba que su abuelo sería un viejecito simpático y encantador.
Pero... ¿Por qué?
El destino... ¿Cuándo se celebra su fiesta?
¿Por qué el pequeño universo de Heidi (¡Oh, sí!) pareció llenarse de luz?
Te quedarás a vivir con tu abuelo, Heidi.
¿De veras, tía Dora?– dijo (y tembló su dulce voz)
La tristeza más honda en el pequeño universo de Heidi.
Pero... tú también te quedarás... ¿Verdad?
No, Heidi... Yo debo irme a Francfort, a Alemania.
¡A Alemania! (La tristeza más honda en el pequeño universo de Heidi)
Pe... pero... Alemania... ¿Antes o después de las NEGRAS HORAS?
Porque la
32- NEGRA
muerte, en Alemania, alejó la luz. Abrió la herida. Pero, tras las negras horas, una muchacha sonreía pálida entre las negras flores.
¡Un espectáculo satánico, Heidi!
Pero... ¿Por qué razón, tía Dora? Mira: Arriba, la alegría de los berlineses por la unificación.
¡Sí! Pero mira abajo, niña tonta, mira aquí: En la lóbrega calle, un viento fantasmal y truculento. Silban las ratas en el negro cerebro de hierro. Un clamor de campanas
33- NEGRAS
enturbia la alegría.
Sí tía. Pero, ¿Y la llamada de la tierra en los hogares humildes?
34- ¡A TOMAR POR CULO!, GRITÓ
la tía Dora.
Tú no eres buena, tía Dora.
¿Tiemblas amor mío?
Sí, tía Dora.
¿Y por qué razón?
El racionalismo escolástico no satisface a la juventud. Además, la ciudad continúa sangrando. ¿Te das cuenta?
Sí, bobita, pero no tienes por qué preocuparte, yo no me voy a Berlín sino a Francfort.
Ah bueno, entonces nada– contestó Heidi.
35- EN LA HABITACIÓN: TRES HOMBRES:
1- Francisco Fröbel
2- Salvador Blättner
3- Juan Ignacio Rochwanski.
¿Qué sería del rock sin la violencia?– preguntó Francisco.
¿Qué sería del rock sin la violencia?– pensó Francisco.
Pues sin la violencia: ¿Cómo emocionar al maldito público de UNIVERSITARIOS SIN CEREBRO que nos siguen?
Entono una melodía fría como una guadaña. La guitarra arde, abrasa mis dedos. Un negro abismo se abre bajo mis pies. Y la vida y la muerte murmuran dulcemente (en mi oído) secretos que no puedo descifrar: ¿Qué sería del rock sin la violencia?
En éxtasis devoro mi existencia. En éxtasis devoré tu cuerpo, Vicky. ¡Magnífico avance! En el suelo tus prendas íntimas, pero: ¿Llegué a conocerte a fondo? Tu anchísimo cinturón en el suelo y tú y yo disfrutando en intimidad con intensidad. Siempre la posición más adecuada. ¿Qué diferencia existe entre un animal y un hombre? Yo era un saltamontes, Vicky, y tú una esbelta libélula: Mutuamente nos devorábamos. O quizá tú eras un águila real, Vicky, y yo una avutarda de mierda que muere con ojos atónitos.
Quisiera volver a regocijarme con tu cuerpo en la noche:
¿Qué sería del rock sin la violencia?
¿Qué sería del rock sin la
36- MALDITA
violencia?
El hombre puede decir: Yo no lo merezco. Y abandonar precipitadamente cadáveres en su huída.
El alma de Vicky era como un cofre cerrado del que salía una débil luz. Mi vida es como un tren en marcha. Siempre en marcha bajo el cielo tormentoso: ¿Qué sería del rock sin la violencia?
37- CUERPO MILAGROSO,
Vicky. ¡Qué lejos la muerte cuando estabas tú cerca!. Ahora que te has ido el tren corre dada vez más deprisa. ¡La muerte se apresura, Vicky! ¡Me pierdo en el sinsentido de la vida! Vagabundeo por un mundo que no me pertenece, como un sonámbulo rígido y pálido. Tengo frío, Vicky. Canto: Y mi voz surge de la honda negrura de la
38- MUERTE.
Toco: Y mi música es como una plegaria, borracha de violencia infantil. Te quiero Vicky.
39- ME DESANGRO
sin tu amor, Vicky: ¡Resucita!
Resucita en mi vida, Vicky. Vivo asesinado en lo negro. El sol abrasa: Tengo frío. Mi vida se ha quebrado. Vivo por los alrededores de la muerte. Hay siempre
40- RATAS NEGRAS
en mis bolsillos. La vida: ¿Por qué? ¿Cuándo se celebra su fiesta? ¿Hacia adelante? ¿Para qué? ¿Hacia arriba? ¿Por qué? No tengo fe, Vicky. Camino por callejas ruinosas. Todo es NADA. El primer motor es NADA. ¿Dónde están las llaves? Cuando sea un viejo ebrio caminando por una lóbrega calle... ¿Quién se apiadará de mí? La tierra entera cruje bajo mis pies, Vicky: ¿Qué sería del rock sin la violencia?
¿Dónde termina el silencio de la noche?
EN LA HABITACIÓN: Tres hombres: Francisco, Salvador y Juan Ignacio. Tras el cristal: Calles anchas, tráfico intenso, sueños pisoteados: los tétricos fantasmas de la noche.
41- ¿PUEDEN SER DULCES
unos ojos?, pensó Salvador.
Otoño. Las sucias cortinas. Cráneos de animales con largos cuernos por las paredes. Una pequeña cómoda de madera y, sobre ella, libros y papeles en desorden. Sobre la cama deshecha una guitarra eléctrica. Afuera, tras la ventana, el tráfico intenso, las calles anchas, los tétricos fantasmas de la noche. Francisco, Salvador y Juan Ignacio se enredaban en extrañas filosofías (?)
Nunca me gustó el instituto– dijo Francisco.
Eras muy violento– dijo Juan Ignacio.
¿Y el amor?
Tras el cristal comienza a AMANECER.
42-MÁS COSAS SOBRE CATALINA Y GUZMÁN.
Como el adolescente necesita asimilar el material ambiental (para formar un mundo interior propio) poco a poco Catalina Kupferbergen fue aprendiendo algunas cosas del Doctor Guzmán: Aprendió, por ejemplo, que Marx (¡Los comunistas- gritó Marx -declaran abiertamente que sus planes no pueden ser realizados sino mediante LA DESTRUCCIÓN VIOLENTA DE TODO el orden tradicional!) era MALO. Y que Nietzsche (Hay que aprender- dijo Nietzsche -a amarse a uno mismo con amor sano y saludable: soportar estar consigo mismo y no vagabundear de un lado a otro: así enseño yo), aunque se equivocó en algunas cosas, dijo cosas muy bien dichas.
Aprendió también que Kant era uno gracias al cual luego aparecieron los románticos. Y que los románticos, en realidad, no tenían que regalar flores para serlo (Un árbol que asusta. Negro árbol de pena y miedo. Árbol de otoño. Doliente árbol de horror. ¿Sufres? Árbol gélido desnudo. Pájaros negros como monjes, sin alma, tus pacíficos compañeros. Tus ramas se quiebran como una
43- CORONA DE ESPINAS
sobre el sangrante cielo de la tarde).
Aprendió también que Satanás (Se enalteció tu corazón, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te he arrojado a tierra; delante de los reyes te he puesto por espectáculo) era como un rebelde.
Pero lo que Catalina no podía aceptar era eso de que Caín tampoco fuera tan malo.
¡Jo! Yo flipo.
44- UNA INTERESANTE EXCURSIÓN.
Otoño. Una interesante excursión. Muy temprano, hacia las afueras, a través de la Gran Ciudad, él caminaba. Negros árboles con sus amarillas hojas de otoño. Un murmullo apenas vespertino y frío y tinieblas nocturnas que persistían. Figuras lentas y dispersas. Salvador Blättner caminaba hacia las afueras, a través de la Gran Ciudad casi desierta. El cielo tenía un color sucio y triste. Los grandes y rígidos edificios de la Gran Ciudad tenían el color del otoño. Florida por el oro de las primeras luces despertaba la ciudad de su sueño fantasmal, crujía bajo la bóveda celeste. Borrosos, velados edificios. Salvador Blättner caminaba solo, a través de la Gran Ciudad, hacia las afueras.
45- LAS AFUERAS.
Los negros postes de la luz. Sus cables, renglones del cielo. Casas calladas, pequeñas y enternecedoras. Casas amarillas, azules y rojas. Dos mujeres enlutadas caminaban a lo lejos muy juntas, como dos manchas negras sobre un fondo luminoso. Las gotas de rocío sobre la hierba verde y las hojas caídas. Una farola aún encendida y los jardincillos y el alegre jolgorio de los pájaros.
Flameaba el sol de otoño cuando Salvador Blättner caminaba por las afueras de la Gran Ciudad.
Atrás quedaba la Gran Ciudad. Sólo árboles de
46- RAMAS ONDULADAS
junto al sendero. Dulce frescor del día que comenzaba. Una mujer, con una gran cesta, caminaba a lo lejos. Entre la fronda, apenas asomaba una casita de tejado rojo y oscuras chimeneas. Otra casita, a la izquierda, se camuflaba, entre la verde vegetación y las verdes ramas de los árboles, con su verde tejado. Goteaba el dulce rocío y susurraban las ramas de los árboles una melodía triste. Viejo sendero melancólico y en calma por el que Salvador Blättner caminaba.
Sembrados. Campos amarillos, dorados, que se fundían con la luz. Las montañas azuladas en la lejanía. Un carro azul. Casas azules y dispersas. Dos hombres descargaban un carro, a lo lejos. Aves salvajes. Viejo sendero polvoriento por el que Salvador Blättner caminaba.
En el bosque solitario, al mediodía, fluía la luz entre los árboles. Entre las difuminadas ramas doradas. Salvador Blättner estaba sentado, apoyado contra un árbol, bajo los ramajes cuyas sombras extrañas temblaban.
Una serenidad fervorosa.
De incienso la siesta también se mecía, especialmente en sus azules, con el dorado del luminoso espejo del agua y los felices pájaros que cruzaban el bosque de los árboles enlazados, para retener el dulce hastío de una mentira de oro entre las nubes, que con infantil ternura a la voluptuosidad del mediodía daba desfallecimientos y guirnaldas. Formas caprichosas de las nubes que se extasiaban en una música mágica de difusa melodía confusa que se hundía en el verdor húmedo de la somnolencia.
Salvador Blättner se sentía feliz.
47- ROMANTICISMO (REFLEXIONES SOBRE UN ÁRBOL).
Un árbol que asustaba (Lo veía siempre Francisco Fröbel desde la ventana de su casa). Negro árbol de pena y miedo. Árbol de otoño. Doliente árbol de horror. ¿Sufrías? Árbol gélido desnudo. Pájaros negros como monjes, sin alma, tus pacíficos compañeros. Tus ramas se quebraban, como una corona de espinas, sobre el sangrante cielo de la tarde. Árbol horrible, tratando de abrazar las nubes desfiguradas. Ramas como danza borracha petrificada, hogar de cuervos que sus negras alas batían. ¿Pedías, árbol negro, misericordia? ¿Amenazabas, árbol negro, con tus ramas desgarradas tenebrosas? Árbol amante del viento fragoroso y salvaje del invierno. Árbol doliente: ¿Acaso las formas de tus ramas expresaban el espanto de almas en pena? ¿Acaso eras un puente entre el mundo infernal y el de los vivos? Iracundo árbol sin sueño: Hundías el alma del que te contemplaba (Francisco Fröbel) en la infinita angustia, en la más lóbrega noche. ¿Contra quién te rebelabas? ¿A quién iba dirigido tu grito sublime? ¿A quién querías igualarte? ¿Qué sueño, qué locura monstruosas hacía que te rebelaras agitado en vez de esperar, en calma, tu muerte? Negro árbol: Nunca pudiste desprenderte del suelo en que naciste: Tu destino. Nunca por más que, doliente, con horror, con sufrimiento, agitaras gélidas ramas pidiendo respuesta al cielo, sangrante y misterioso, de la tarde. Nunca: El lugar de tu nacimiento sería el lugar de tu sepulcro.
Mientras, cuervos como monjes, sin alma, tus pacíficos compañeros de viaje. Y acaso...
Los que llevaran lejos, muy lejos, tu mensaje indescifrable.
48- LA CATEDRAL.
En el corazón de la Gran Ciudad todavía se alzaba: La Vieja Catedral Gótica.
Fantástica Catedral: Nos anticipabas el Gran Sueño.
Hermosa Catedral: Tenebrosa el alma afligías y consolabas con tu grito armónico y azul. Catedral azul y fría: Había fuego en tu interior. Fuego de una CRUZ que eternamente flameaba majestuosa, alimentada con la sangre de CRISTO. Catedral: Entenebrecías nuestros sentidos para la vil materia y elevabas nuestras almas medrosas y anhelantes a las purpúreas regiones de la VIDA. Helada Catedral: En tu interior un alma de fuego llamaba a los tristes caminantes olvidados. Catedral extasiada en tu propia belleza que era la BELLEZA DE TU HUÉSPED: DIOS. Gélida Catedral nocturna: En tu interior se derretía el alma del viajero. ¡Oh, resplandeciente! ¿Qué susurraba el viento nocturno que te acariciaba? ¿Qué SUBLIMES MENTIRAS para destruir las falsas verdades de la vil materia? ¿Qué SUBLIMES VERDADES para arrancar lágrimas a los poetas?
Catedral: ¡Siempre resonará tu música en mi alma! ¡EN LA TINIEBLA DE MI VIAJE HACIA LA DULCE MUERTE!
49- UNA LÁMPARA ROTA.
Un hombre maduro de gran bigote. Apuntaba con su pistola a un joven: Que con la suya también le apuntaba. ¿Quién dispararía primero?
Los dos vestían de forma elegante. El hombre maduro llevaba un sombrero de copa. El joven llevaba la cabeza descubierta. Entre los dos: Una mesa y, sobre ésta, una lámpara y una botella de champagne. A la derecha de estos hombres (¿Quién dispararía primero?) una mujer: ¡Aterrorizada!
Un hombre joven muerto en el suelo. Un hombre maduro, de gran bigote, apuntando con su pistola a una mujer (su mujer): ¡Aterrorizada! Entre los dos: Una mesa y, sobre ésta, una lámpara rota (a causa del disparo del joven) y una botella de champagne (la que hubieran bebido de no aparecer el de bigote).
¿Quién dispararía primero? Probablemente el de bigote, puesto que ella (Visiblemente horrorizada) estaba desarmada.
Una mujer joven muerta en el suelo. Un hombre maduro, de gran bigote, suicidándose. Sobre la mesa una lámpara rota y una botella de champagne.
EL AMOR: ¿QUÉ ES? ¿CUÁNDO SE CELEBRA SU FIESTA?
50-MÁS COSAS SOBRE CATALINA Y GUZMÁN.
El Doctor Guzmán era muy gracioso. Se le ocurrían cosas muy divertidas: En cierta ocasión contó a Catalina que él había tenido muchas vidas.
Y que se acordaba de todas.
En una de esas vidas pasadas MURIÓ: A causa de un marido celoso.
¡Jo! ¡Yo flipo! –exclamaba divertida Catalina ante estas... ¿OCURRENCIAS?
Pero un día ocurrió ALGO MUY EXTRAÑO:
Catalina caminaba hacia la Facultad de Bellas Artes por una calle solitaria. Entonces un perro, que parecía rabioso, la atacó. Catalina, aterrorizada, gritó: ¡Doctor Guzmán, sálvame!
¿Por qué gritó aquello? No sé. Le salió así.
El Doctor Guzmán estaba muy lejos, en su castillo rodeado de un gran bosque, a algunos kilómetros de la Gran Ciudad: No podía oírla. Pero Catalina, aterrorizada, gritó; ¡Doctor Guzmán, sálvame!
Y entonces ocurrió algo muy extraño: El rabioso perro de mirada homicida se tranquilizó al instante. –El doctor Guzmán me ha salvado– pensó Catalina mientras acariciaba la cabeza de tan (ahora) mansa bestia.
Más tarde pensó: –No, sólo fue una coincidencia; el Doctor Guzmán no tiene poderes mágicos.
Pero otro día:
Ella se encontraba con Guzmán en el castillo cuando el doctor (alguien le llamó por teléfono) se ausentó (–Espérame aquí si quieres, en menos de una hora estoy de regreso, guapa.) del castillo: Y Catalina se quedó allí sola: en la biblioteca (lujosa estancia) del Doctor Guzmán. En la biblioteca del Doctor Guzmán: libros (tantos que no se podían ni contar), un sofá tapizado (terciopelo granate), la chimenea (lacada en azul muy suave), el amplio ventanal...
Aquel día Catalina llevaba un JERSEY DE LANA MULTICOLOR Y UN CHAL. Y una gorra a cuadros. Y una falda larga: mezcla de varios estampados de COLORES ALEGRES.
Catalina estaba allí: Sola. Sentada en el sofá tapizado (terciopelo granate), frente a la chimenea lacada en un azul muy suave. Y luego: El amplio ventanal, los innumerables libros, su jersey de lana multicolor que le quedaba tan bien, su chal, su gorra, su falda estampada...
Se sentía alegre, multicolor y animosa. Y le dio por investigar. Y, curioseando por aquí y por allá, dio con algo sorprendente:
¡Una puerta secreta!
¡Una puerta secreta!: Catalina tiembla. Siente el abrazo suave del misterio (que abre senderos luminosos al alma)
¡Una puerta secreta!: ¡El misterio! ¿Cuándo se celebra su fiesta?
¡Una puerta secreta!: ¡Por cien mil lobos!
¡Una puerta secreta!: Las manos suaves de Catalina tiemblan.
¡Una puerta secreta!: En la melancolía de una tarde purpúrea.
¡Jo! ¡Yo flipo!– exclamó Catalina –, ¡Una puerta secreta!
Con mucho miedo entró por ella.
Con mucho miedo, muy despacio, caminó por un largo pasillo.
Con mucho miedo llegó a una pequeña habitación llena de...
¡Perros disecados! ¡Cientos de perros disecados! Bueno... por lo menos veinte perros disecados.
Y todos llevaban una pequeña placa con su nombre y la fecha en que fueron disecados.
Por ejemplo: Leal. Disecado el 4 de Mayo de 1970.
El que más le llamó la atención de todos aquellos perros disecados se llamaba LUCERO: Disecado el 1 de Enero de 1800.
¡Jo! !Yo flipo! ¡DEL SIGLO DIECINUEVE!
¿Por qué le llamó la atención? Por lo BELLO Y LO SUBLIME que era.
Cuando el Doctor Guzmán regresó ella no le dijo nada de su descubrimiento.
Luego, días después, hablando con Guzmán, Catalina sacó el tema: –Pues a mí me gustan poco los perros– comentó.
Entonces el Doctor Guzmán empezó a hablar de perros y dijo: –Yo tuve un perro al que quería mucho: Se llamaba LUCERO.
¡Qué me dices! ¡Ah! ¡Asombroso! ¡Oh! ¡Caracoles!– pensó Catalina –, ¿Cómo pudo tener Guzmán un perro en el siglo diecinueve?
No dijo nada a Guzmán. Pero durante los siguientes días no pensó en otra cosa: ¿Quién es este Guzmán que ha vivido en otras épocas? ¿Tiene poderes mágicos?
Bah, qué tonterías pienso– acababa por decirse al fin–, alguna explicación lógica tendrá todo esto; pero prefiero no preguntarle nada a Guzmán: ¡Me molan tanto los misterios!
Sí. A Catalina le molaban los misterios. Es natural. ¿A quién no le molan los misterios?
51- EL MISTERIO
de un oscuro sendero. El misterio de una niña que acaricia con una mano la cabeza de su estúpido perro y con la otra sostiene una caja en la que se puede leer: “Jarabe reconstituyente de Hipofosfitos marca Salud”. El misterio de una mujer joven muerta en el suelo. El misterio de alguien que camina en círculos por senderos espinosos o dulces llanuras, eternamente. El misterio de alguien o algo que existe y no existe. El misterio de un cementerio nevado, lóbrego paisaje de cruces monótonas y fantasmales. El misterio de una hermosa Catedral, que nos anticipa el Gran Sueño. El misterio de un árbol que asusta, negro árbol de pena y miedo. El misterio de un cofre negro cerrado, con aspecto de féretro infantil. El misterio del amor: ¿Qué es? Nadie lo sabe. El misterio de las calles anchas y el tráfico intenso, tras el cristal. El misterio de los tétricos, fríos fantasmas de la noche. El misterio de la sangre del Crucificado (torturado por los pecados de los hombres). El misterio de las llamas verticales y sagradas del amor, que lo purifican todo. El misterio de las horas tristes y oscuras de la adolescencia. El misterio de las lápidas polvorientas cubiertas de hojas de otoño. El misterio de un delirio de sueños dulces: ¡Dolor purpúreo que nos despierta a media noche! El misterio de la niebla que nos impide encontrar la salida del laberinto. El misterio de las nubes en la lejanía: ¡Ahora es el momento! El misterio de los hombres grises que, en la ciudad, intentan pasar inadvertidos. El misterio de unos ojos que reconcilian a Heráclito con Parménides. El misterio de una mujer con labios entreabiertos y cara de tonta. El misterio de una noche como todas las noches. El misterio de un bosque solitario, azul y salvaje. El misterio de una canción alegre, bajo la lona. El misterio de una mujer que plancha sobre una mesa roja. El misterio de unos campos amarillos y dorados, que se funden con la luz. El misterio de una música mágica y difusa. El misterio de la vida y la muerte. El misterio...
Sí. A Catalina le gustaban (molaban) mucho los misterios. Y es natural, pues: ¿A quién no le gustan (molan) los misterios?
52- JUNTO A LA CAMA,
un cofre negro cerrado tenía aspecto de féretro infantil. Vicky planchaba sobre la mesa roja. Máscaras de carnaval en las paredes y una caja vacía. Paredes descoloridas de un amarillo enfermo. Vicky planchaba sobre la mesa roja, muy cerca del cofre negro cerrado y de la cama deshecha. Su mirada tenía la melancolía de una lluvia negra y helada. De algo oscuro y dulce perdido para siempre.
A la izquierda, zona del dormitorio presidida por un cofre negro cerrado, con aspecto de féretro infantil. En cuanto a la decoración: máscaras de carnaval en las paredes, combinadas con absoluta libertad. Como elemento unificador, paredes descoloridas de un amarillo enfermo. A la derecha una mesa roja donde ella planchaba. ¡Todo está permitido en esta casa! Todo: Un cofre negro cerrado con aspecto de féretro infantil, una plancha sobre la mesa roja, máscaras de carnaval en las paredes, una caja vacía, paredes descoloridas de un amarillo enfermo, una melancolía de lluvia negra y helada, una cama deshecha, un algo oscuro y dulce perdido para siempre... ¡No en vano, afuera, el tráfico intenso, las calles anchas, las nubes desfiguradas... No en vano el viento fantasmal de la tarde de otoño recogía un alarido-oración que el corazón de hierro de la Gran Ciudad no escuchaba. No en vano afuera las tiendas abrían sus puertas: ¡Utilice nuestros servicios especiales! ¡ESPECTÁCULO SATÁNICO! ¿Y por qué razón? El mundo se estremecía. Dios no sonreía en el aire helado de la Gran Ciudad. ¡Todos los viernes el mundo te invita a vivir! ¡Luces de neón! Y los estudiantes (universitarios sin cerebro) que se reían del mendigo que dormía en el asfalto. Todo era una negra, cruel mentira. ¿Y el amor? Porque todos los chicos quieren lo mismo y luego la luz que destruye los dulces sueños de la noche. ¡La vida ríe fantástica en la Gran Ciudad! ¡SEXO!
53- ¡SEXUALIDAD!
¡Muerte de Dios! ¡Sólo oscuras mentiras! Sólo una canción para alejar la idea de la muerte. Junto a la cama, un cofre negro cerrado tenía aspecto de
53- FÉRETRO INFANTIL.
¿Y el amor?
55- TEMPESTAD Y PELIGRO:
En cada actuación tiene lugar un acontecimiento cósmico”. Música quejumbrosa, tenebrosa como un horrible soplo de aire corrompido en el bosque de la monotonía. Rock expresionista e implacable. Rock fantasmal y sepulcral. Rock-ruido: Caos tempestuoso. Podredumbre. Idealismo. Inocencia y sarcasmo. Música que hierve. Gritos que... Es decir: “Tempestad y Peligro”: Voz y guitarra: Francisco Fröbel. Percusión: Salvador Blättner. Bajo: Juan Ignacio Rochowanski.
Veamos qué tiene que decir a nuestros lectores Francisco Fröbel, compositor y líder de la banda:
Todos estos grupos que se limitan a seguir la moda...
Nuestra música no se somete a principios preestablecidos, tampoco representa un sistema permanente.
Sí, se puede decir que creemos en el estilo si por esto se entiende expresión de libre individualidad. Como mucho aceptaría el estilo como limitación de una posible diversidad, pero limitación voluntaria, es decir, no impuesta por un principio exterior y extraño, sino por mi propia... nuestra propia individualidad.
Para mí la música es un juego, una comedia. En cada actuación tiene lugar un acontecimiento cósmico. El rock es sabiduría trágica.
La mayoría de los grupos actuales tienen una falta total de seguridad instintiva.
-Tendremos que hacer más y más giras hasta que se den cuenta de quiénes somos.
Las modas vienen y van pero lo auténtico permanece. Nunca me verás con una gorrita de ésas, ni con una camisa a cuadros.
Ya no me pego con nadie. Creo que he madurado.
56- DEL DIARIO DE FRANCISCO FRÖBEL.
Soñé que me arrestaban después de verme envuelto en una pelea. El juez me da a elegir entre multa o prisión. Me quedo con lo segundo pero la cárcel es un hotel. Afuera llueve y la cama tiene las sábanas de color negro. También hay un cofre negro cerrado de aspecto siniestro. Del cofre sale una débil voz (la voz de Vicky) pidiendo socorro. Está cerrado y cuando intento forzar la cerradura la luz se apaga. Entra el revisor ofreciéndome una gran vela encendida: Me encuentro en el vagón de un tren en marcha. -Me gustó mucho vuestro nuevo álbum, habéis evolucionado mucho de un álbum a otro- me dice el revisor: Que es Vicky completamente desnuda. Intento abrazarla y la luz se apaga y se enciende otra vez. Vicky se ha transformado en una horrenda anciana de gesto siniestro, rostro cadavérico y negra túnica. Trato de escapar, pero tropiezo con el baul, caigo sobre la cama de sábanas negras: Están húmedas. Afuera continúa lloviendo. Alguien grita: !Esta tumba ya está completa!
Desde que Vicky me dejó sueño esto a menudo.
57- EN UN CAFÉ.
¿Cuándo me empezaste a querer?– preguntó Catalina.
Desde el primer día.
¿Desde el día de la Gran Exposición?
Sí.
Hace entonces más o menos tres semanas que me quieres.
Más o menos.
El descafeinado de la señorita... y su café, Doctor Guzmán.
Gracias.
58- AQUEL DÍA.
Aquel día el Doctor Guzmán paseaba por la Gran Ciudad cuando: ¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡HAZ EL AMOR Y NO LA... ¡PLAF! ¿Qué era todo aquello? En un primer momento, el Doctor Guzmán se sintió atraído por aquella fiesta de bofetadas, por aquel éxtasis-clamor de (¡PLAFF! ¡CUIDADO!) golpear-acariciar: ¡Me han herido! ¡Que te jodan! Atraído por aquel luchar-lluvia de puñetazos-piedras (¡Que no decaiga!). Seducido por aquel entusiasmo de hierros-piedras en movimiento. Por aquel peligro-dolor de pisotones-blasfemias ahogadas-intensidad. Por aquel infierno de sangre joven-elevar-no pensar-olvidar en la lucha.
¿Pero qué era en realidad todo aquello? Universitarios seguramente, universitarios descerebrados y desocupados jugando a rebeldes.
¡Una pedrada gratis por cada tres bofetadas! Un auténtico tumulto. Sí. En un primer momento el Doctor Guzmán se sintió atraído por aquella fiesta de bofetadas, pero pronto:
Esto es cosa de universitarios sin cerebro– pensó.
¡Haz el amor y no la guerra!– gritaban. Y agitaban sus cuerpos delirantes, mientras lanzaban la primera, la segunda, la tercera piedra... ¡Lluvia de piedras! ¿Y por qué razón? ¡Haz el amor y no (¡PLAFF! ¡CUIDADO! ¡ME HAN HERIDO! ¡QUE TE JODAN!) la guerra. Haz el amor y no la guerra: -Pero aquellos universitarios sin cerebro jugaban a la guerra. Y: ¿A qué llamaban amor esas malas bestias de jóvenes? El acto sexual no es amor sino (¡Ah!) instinto. Esto es cosa de hippies- pensó -, confunden amor con apetito e idolatrar con devorar. Quizá toda esta lucha es puro instinto. Pero están intentando devorar una presa mucho mayor que ellos mismos. Su ferocidad es considerable. Quizá tengan espíritu de Mantis Religiosa. O quizá en algún momento de su vida todo chico (Adolescencia dorada) siente necesidad de entregarse a la acción violenta a falta de (¡Ah, qué bien!) poder satisfacer su instinto sexual animal. Sí. Instinto animal y no amor. ¿Acaso los perros necesitan enamorarse para copular?
Había algo de delirio voluptuoso en aquella lucha. Y confusas ideas en la mente de quienes la organizaban: Hablaban de pacifismo y apoyaban revoluciones armadas, condenaban por antidemocráticos a gobiernos capitalistas y apoyaban regímenes dictatoriales comunistas. Citaban a Marcuse, a Freud, a Marx, a Hesse... Aquello era como el alarido desfigurado de una quinceañera en un concierto de rock (Ojos incendiados por el deseo sexual) Alejémonos: Pueden atacar por millares. ¡PZZZZRAT! ¡Disparad a todas partes donde asome un indio! –Pobres: Tantas películas de violencia (reales o de ficción) en la televisión les han trastornado.
¡Amplia gama de situaciones de miedo aquel día! (Cuatrocientas cabezas de ganado fueron detenidas en la mañana de ayer) ¡Qué felices los jóvenes estudiantes con todo aquel amenazar-sufrir-golpear-sollozar-soñar-atormentar. Pues: ¿Qué hace un joven cuando muere su infancia y se siente vacío?
Bajo la lona del Circo los jóvenes, con expresión amenazadora y petulante, entonaban aquel día un himno ridículo y alegre. –¡Haz el amor y no la guerra!– gritaban. –¡Copula como una bestia y haz la guerra!– deberían haber gritado para ser consecuentes con sus actos.
Creo que voy a ponerme triste– pensó Guzmán–, y se alejó apresuradamente de allí.
59- EN UN CAFÉ.
Pero entonces, ¿Quiénes montaron toda esa movida el otro día?– preguntó Catalina.
Universitarios sin cerebro.
Yo soy universitaria.
Tú eres la luz que invita a vivir todos los excesos y a cometer todos los errores.
¿Yo no tengo cerebro?
Tus labios son rojos como la sangre.
Estás loco Guzmán, y yo estoy flipada.
¿Por qué?
Por quién: Por ti. Soy una piba de veintitrés tacos que está flipada por el Doctor Guzmán que podría ser mi padre. Una verdadera locura.
Sí, Una verdadera locura.
60-EN EL CEMENTERIO DE LA GRAN CIUDAD.
Silbaba entre los árboles el viento. Salvador caminaba alegre entre las lívidas tumbas cubiertas de hojas de otoño. ¿Qué haces aquí, Salvador el alegre? Los solitarios muertos no pueden compartir tu alegría. ¿O acaso es tan intensa tu alegría que no necesitas la compañía de los vivos? Salvador Blättner: Solitario siempre. Siempre alegre. El único vivo aquí. ¿Quién podrá compartir tu alegría?
El viento de otoño balanceaba los cipreses, acariciaba con su suave melodía el alegre corazón de Salvador. Del alegre Salvador que entre pálidas tumbas caminaba feliz.
¿Sólo la muerte podrá acabar con tu alegría, Salvador Blättner? ¿Por qué traes tu alegría a este paisaje de dolor? ¿Por qué con tu alma feliz transformas (en tu cerebro) este paisaje de dolor en un feliz paisaje?
Si la suerte hubiera sido menos piadosa contigo, Salvador, tu alma no resplandecería ante este blanco paisaje solitario. Quizá hubieras llorado, de rodillas, ante este tétrico paisaje de cruces monótonas y fantasmales.
61- MÁS COSAS SOBRE CATALINA KUPFERBERGEN.
Pasaban los días. Catalina seguía viviendo en su piso de estudiantes, con sus amigas Rosalía, Juana y Jacinta. Muchos días quedaba con Guzmán. A veces iban a algún café (–El descafeinado de la señorita... y su café Doctor Guzmán) a tomar algo; otras veces al teatro (Algún melodrama romántico) o al cine (–Bésame como si fuera la última vez). Y solían terminar en el castillo. Pero Catalina nunca dormía allí. Prefería hacerlo en su piso de estudiantes. Era una forma, pensaba ella, de conservar su independencia. No quería atarse a nadie demasiado. Además, cuando se quedaba a dormir en el castillo (Alguna vez, sí) luego solía llegar tarde a clase.
¡Jo! ¡Yo flipo!
Pasaban los días. Catalina veía menos al Doctor Guzmán. No porque a ella no le apeteciera. Todo lo contrario: le apetecía demasiado verle. Tanto que sentía miedo. (-¿Por qué tendré tanto miedo a atarme a alguien?) Muchas veces el Doctor Guzmán la telefoneaba y ella le decía, mintiéndole, que hoy era imposible, que tenía que pintar, o estudiar, o hacer algún trabajo para Lidón. Luego se arrepentía (La pobre) pero sin propósito de la enmienda. Eso sí: Todas las semanas veía al Doctor Guzmán un par de días (Como mínimo).
¿Por qué tendré tanto miedo a atarme a alguien?
62- LE GUSTABA PASEAR SOLA.
Pues se sentía libre. Sola. Sin ataduras (–¡I’m free!– pensaba). Y un buen día, paseando, paseando, llegó hasta la puerta del Cementerio de la Gran Ciudad.
Nunca he estado en el Cementerio– pensó.
Le gustaba mucho hacer cosas por primera vez en la vida.
Ni corta ni perezosa entró en el Cementerio.
63- CATALINA PASEABA POR EL CEMENTERIO.
Silbaba entre las tumbas el viento frío. Otoño. Lívidas tumbas con sus cruces lívidas. Apenas un murmullo en la calma de la tarde. Catalina caminaba por el Cementerio casi desierto. El cielo tenía un color pálido y triste. Los grandes y rígidos cipreses tenían la helada melancolía de algo dulce perdido para siempre.
El Cementerio: En la tarde de otoño. Las viejas tumbas: tumbas calladas, pequeñas y enternecedoras. Y sobre las tumbas: Flores amarillas, azules y rojas (Casi todas de plástico). Dos mujeres enlutadas rezaban muy juntas, a lo lejos, junto a una tumba: Eran como dos manchas negras sobre un fondo luminoso y blanco. Y las hojas caídas. Y, a veces, el alegre jolgorio de los pájaros.
Una mujer, con una gran cesta, caminaba a lo lejos, entre las tumbas. Entre las tumbas apenas se asomaba un panteón de piedra oscura. Otro, a la izquierda, se camuflaba entre las ramas de los árboles. Ramas que susurraban una triste melodía.
Y, a veces, el alegre jolgorio de los pájaros.
(Viejo sendero melancólico y en calma del Cementerio, por el que Catalina Kupferbergen caminaba).
De pronto, entre las blancas y tristes nubes, fluyó la luz
64- DEL SOL.
Catalina estaba ahora sentada sobre una tumba, bajo los ramajes cuyas sombras extrañas temblaban. Calma. Serenidad fervorosa: Catalina, allí sentada, por primera vez en su vida pensó en
65- LA MUERTE.
La muerte: ¡Tierra, trágame!
La muerte: ¿No lo entiendes?
La muerte: ¡Jo! ¡Qué mierda!
La muerte: Sueños pisoteados.
La muerte: El mundo se estremece.
La muerte: ¿Por qué?
La muerte: Reposar en calma, bajo la losa.
La muerte: Nubes desfiguradas incendian el cielo.
La muerte: Dolor tenebroso
La muerte: Que destruye los dulces sueños.
La muerte: Creo que voy a ponerme triste.
La muerte implacable, la siniestra muerte, la muerte como una anciana fantasmal y cruel. La muerte como un suplicio al atardecer. La muerte como una ausencia infinita, como un abismo de sombras, como un cuerpo putrefacto, como un dormir siempre, como una lluvia eterna y monótona... ¿No lo entiendes?
Sí. Sentada sobre una tumba, bajo los ramajes cuyas sombras extrañas temblaban, Catalina, por primera vez en su vida, pensó en la muerte.
66- PENSABA EN LA MUERTE Y, BRUSCAMENTE
una voz la sacó de su ensimismamiento.
¿Eres real o eres un ángel?– dijo alguien.
Catalina se volvió con rapidez y le vio a él: –¿Eres real o eres un ángel?– volvió a preguntar Salvador Blättner, con una sonrisa ligeramente irónica.
Pe... pero... ¡Tú eres Salvador Blättner! ¡Salvador Blättner, no me lo puedo creer! (Catalina estaba vivamente excitada. No en vano ella era una gran admiradora de “Tempestad y Peligro”).
¡Salvador Blättner, el batería de “Tempestad y Peligro”!
No grites tanto, que vas a despertar a lo muertos– dijo Salvador tratando de tranquilizarla.
Pronto Catalina se tranquilizó un poco. Y empezó a hacer a Salvador montones de preguntas sobre el grupo, sobre las canciones, sobre Francisco Fröbel... Preguntas que Salvador trataba de contestar lo mejor que podía.
Sólo después de una media hora de preguntar, referidas al grupo “Tempestad y Peligro”, Catalina preguntó a Salvador:
¿Y qué haces tú aquí en el cementerio?
Pasear. ¿Y tú?
Yo también– respondió Catalina con un simpático movimiento juvenil.
Y aquella tarde de otoño, sentados
67- SOBRE UNA TUMBA
y charlando, Salvador y Catalina se hicieron amigos. Eso que no hablaron de nada importante. Sólo del grupo, y de Francisco, y de Juan Ignacio, y de por qué no sacaban otro disco, y de por qué no hacían más giras...
(Dos mujeres enlutadas rezaban muy juntas, a lo lejos, junto a una tumba. Silbaba entre las tumbas el viento frío. Entre las blancas y tristes nubes fluía la luz...)
68- BUENO, TENGO QUE IRME
dijo Salvador levantándose apresuradamente–; lo he pasado muy bien charlando contigo, Catalina, ya nos veremos.
¿Cuándo?– se apresuró a preguntar Catalina.
¡Cuando el destino quiera!– gritó alegre Salvador Blättner, que ya se alejaba.
¡Cuando el destino quiera!– pensó Catalina–, muy gracioso!... ya podía haberme dejado su teléfono... o yo el mío a él... ¡Jo! ¡Qué rabia! (Dos mujeres enlutadas rezaban muy juntas, a lo lejos).
69- SALVADOR BLÄTTNER DESPERTÓ SOBRESALTADO ESA NOCHE:
¡Dios mío! ¿Por qué la dejé escapar?
70- BUENO, BUENO, BUENO...
¡Un poco de silencio, por favor! Veamos si me he enterado, aunque sea mínimamente, de qué va la historia. Veamos: Un chico conoce a una chica en un cementerio y se enamora perdidamente de ella. ¡CORRECTO! ¿Se refieren al movimiento alternativo del pistón? Bueno... NO EXACTAMENTE– la corrigió amablemente –NO EXACTAMENTE...
71- ¿POR QUÉ LA DEJÉ ESCAPAR?
Fui un estúpido no quedando con ella para otro día.
Ahora nunca podré encontrarla. ¿Qué sé de ella? Sólo su nombre: Catalina.
Seguro que es estudiante pero... ¿De qué?
72- DEL AMOR.
Aun a riego de incurrir en posibles repeticiones:
El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
Cada día, cada hora, cada minuto los enamorados la celebran.
Amor. Pasión. Deseo. Instinto. Diferentes tipos de amor.
Sexo y amor: Deseo sexual, etc. ¿Existe o es un invento de los poetas?
El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
Cada día (PRIMAVERA), cada hora (¿POR QUÉ TANTAS CONTROVERSIAS?), cada minuto los enamorados (Hum, me temo que surgirán complicaciones) la celebran: ¡Con toda la violencia que les es propia!
¡Enarbolando antorchas de deseo! ¡Enfermos o radiantes!: Locos, delirantes o místicos. Como acróbatas ebrios (Almas enlutadas por delirios de muerte).
Amor perdido: Alma enlutada. Tristeza. Soledad. Corazón confuso. Ilusiones inútiles. Clamor de campanas negras. Aire azul. Color azul que abraza un dolor febril de guadañas. Lechuza lúgubre que enturbia la floresta del alma enamorada. Cada día, cada hora, cada minuto... pero, probablemente, jamás Salvador Blättner conseguiría el amor de Catalina Kupferbergen.
Amor perdido: –Ahora nunca podré encontrarla– pensó Salvador: Alma enlutada. Tristeza. Soledad. Corazón perdido y confuso. Ilusiones inútiles. Clamor de campanas negras (El cielo tenía un color sucio y triste) que enturbiaba el aire azul. Color azul que abrazaba un dolor febril de guadañas. Lechuza lúgubre (–Quiero a la chica del Cementerio, la quiero–) que enturbiaba la floresta del alma enamorada de Salvador (¡La quiero, Dios mío, la quiero!)
Aun a riesgo de incurrir en posibles repeticiones:
El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
Cada día, cada hora, cada minuto Francisco la celebraba: Con toda la violencia que le es propia.
Sí. Con toda la violencia. Pues ella, bellísima acompañante, cuidaba los conjuntos interiores, se sentía femenina, combinaba cuidadosamente las prendas íntimas con las exteriores.
Vicky tenía varios sujetadores a juego. Por eso (Colores lisos o estampados) Francisco la amaba con toda la violencia.
Francisco (Amor correspondido) disfrutaba (¡Mira sólo las carnes que te sirven!) en la noche que gemía mientras el viento fantasmal y truculento, anunciador de la muerte, hacía muecas tras el cristal: ¡Impotente! ¿Y por qué razón? También en el pequeño corazón de Vicky bramaba un viento helado que anunciaba, frío y azul, la muerte.
No: ¡Yo la quiero!
Su alma era como un cofre cerrado del que salía una débil luz. Intenté forzar la cerradura y la luz se apagó. Ahora tras los cristales siempre llueve. Ni siquiera puedo descansar en el cementerio porque (por ahora) todas las tumbas están completas.
Sí: (Yo la quiero)
Pero (Aun a riesgo de incurrir en posibles repeticiones) el amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
Porque, después de la cópula, el macho de la Mantis Religiosa (Arriba, en el momento de la fecundación) suele ser devorado (¡No! ¡Dios mío! ¡No!) por la hembra.
(Lleva este nombre por la posición de sus patas delanteras, levantadas como en oración: Todas las Mantis son depredadoras.)
Reproducción: Finales de agosto (Sólo se nutre de presas vivas).
Reproducción: El macho (Amor correspondido) disfruta: ¡Mira sólo las carnes que te sirven!
Reproducción: Finales de agosto. El macho agoniza. La hembra, con rostro cadavérico e infantil, parece sonreír (fantasmal y cruel). El aire trae una melodía purpúrea.
Todas las Mantis son depredadoras. En su pequeño corazón brama un viento helado que anuncia, frío y azul, la muerte.
Arriba, el momento de la fecundación: Arde el macho. El sol abrasa. Finales de agosto (Y la cópula bajo la sombra tardía).
El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta? ¿Al atardecer? Atardecer. Dulce criatura melancólica. Negros cabellos. ¿Tiene alma tu delicado cuerpo? ¿Habitas sonámbula en un tenebroso sueño?
Dulce criatura melancólica: ¿Qué acaricias entre tus suaves manos? ¿Qué estrechas contra tu pecho mientras en tu rostro sonámbulo refleja el alma una humildad como de santidad embriagada?
Dulce criatura melancólica: Tú eres el silencio que precede a la muerte. Tu rostro pensativo y pálido (hermoso) es sólo una máscara venenosa que oculta las turbias aguas del dolor. ¿Qué acaricias entre tus suaves manos? Las cuerdas del alma pulsas (Estremeces en extraña música) con tu rostro de otoño. Música enferma e insondable que ensombrece el alma. Tú eres el amor pero: ¿Dónde están los pájaros, dónde la melodía de frondas verdes, los árboles, la luz? Sólo un perfume extraño y efímero que abrasa magnífico. Sólo un misterio que abate y desangra y empapa de lágrimas los cristales. Los cristales de un vagón de tren siempre en marcha. Dulce criatura melancólica: Puedes decir: No te merezco. Y abandonar cadáveres en tu huída. Negruzcos cadáveres de amantes abandonados que se pudren entre rosas negras y enfermas.
¿Qué acaricias entre tus suaves manos? ¿Un corazón? Sí. Abandonaste precipitadamente el cadáver de tu amado para poseer su corazón. Y ahora, dulce criatura melancólica de rostro pensativo y pálido (hermoso), acaricias tu tesoro con manos suaves. Y lo estrechas suspirando contra tu pecho desnudo que se estremece. Pero hay algo lóbrego en este corazón terrible y negro ya marchito.
Y si tú, dulce criatura melancólica, alzaras levemente tu rostro, tus ojos (cuyos párpados ahora ocultan) ¿no desvelarían algo del misterio?
73- EL AMOR: ¿QUÉ ES ?
¿Cuándo se celebra su fiesta?
¿Al anochecer?
Al anochecer (tú, el melancólico) en qué piensas? Bajo el plomizo y sangrante firmamento, bajo el espanto de los fantasmales formas de las nubes, en silencio y calma, con la cabeza inclinada y la mirada sonámbula: Tú, ¿en qué piensas?
¿Qué tristezas se esconden en el interior de tu cálida estancia, alma de enamorado?
¿Acaso acaricias con tus pensamientos el corazón de la anhelada chica del Cementerio?
El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
74- ¿DÓNDE SE CELEBRA SU FIESTA?
¿En un café?
Pero entonces ¿Quiénes montaron toda esa movida el otro día?
Universitarios sin cerebro.
Yo soy universitaria.
Tú eres la luz que invita a vivir todos los excesos y a cometer todos los errores.
¿Yo no tengo cerebro?
Tus labios son rojos como la sangre.
Estás loco Guzmán, y yo estoy flipada por ti. Soy una piba de veintitrés tacos que está FLIPADA POR EL DOCTOR GUZMÁN que podría ser su padre. Una verdadera locura.
Afortunadamente (treinta por ciento de los casos) el amor es un fenómeno transitorio como el viento que grita azul en el bosque. Aunque pensándolo bien...
El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
¿En la noche ebria de deseo?
EBRIOS DE DESEO, nocturnos se abrazaban los enamorados en la sombría alcoba. Salvajes se abrazaban solitarios desnudos. Sus quejidos atravesaban el cielo estrellado. Y se hundían sus cuerpos en el abismo azul sin tiempo. En la tiniebla dulce de los no nacidos.
El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
Miles de personas (Gentío horripilante que estremece) siguieron la brillante ceremonia (Risa, emoción y campanas) por televisión: Esplendor y festejo. El conde y la condesa. Algo que se pudre en lo negro. Las princesas a la izquierda manteniendo (el cielo es azul) la serenidad, saludando a la multitud horripilante: miles de personas aclamando ebrias de entusiasmo y estupidez.
Como un sueño: El banquete nupcial, los príncipes, las grandes duquesas: elegantes de verdad (manos suaves como de cadáver). Y el odio. Y la dicha. Y el cielo purísimo...
¿Y el amor?
El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
75- ERA DE NOCHE.
Llovía tras los cristales. Salvador estaba solo. –¿La volveré a ver algún día?– piensa.
Es absurdo, ¿por qué pienso esto? No la volveré a ver en mi vida. Mi única vida: sin ella.
Era de noche. Llovía tras el cristal. Salvador estaba solo.
Tus ojos infantiles, Catalina, despertaron con suave caricia lo mejor y lo peor de mi alma- pensó.
¿La volveré a ver algún día? Es absurdo, ¿por qué pienso esto? No la volveré a ver en mi vida. Mi única vida: sin ella.
SIN TI. Paseo por callejas sin rumbo. Te quiero.
Oh, tus dulces palabras. Y mi corazón que arde. Te quiero.
Mi corazón, que se hiela sin ti, se incendia a tu lado: ¿Te volveré a ver algún día?
Es absurdo, ¿por qué pienso esto? Sólo tengo una vida. Mi única vida. ¡Y estaré condenado a vivirla sin ella!
Era de noche. Tras los cristales, la lluvia, el tráfico intenso... Salvador estaba solo. Salvador estaba triste. Trataba de no pensar en ella. Era inútil.
El amor: ¿Qué es?
Nadie lo sabe. Nadie podrá nunca explicarlo ni definirlo. Pero Salvador estaba enamorado. Estaba triste. Estaba solo. Trataba de no pensar en nada y pensaba en ella. Siempre en ella. Siempre en la chica del Cementerio. Siempre en Catalina.
Al anochecer. ¿En qué piensas, Salvador el enamorado? Solo en tu habitación, solo en la Gran Ciudad, solo en el Mundo, en el Universo, en silencio y calma, con la cabeza inclinada y la mirada sonámbula: Tú: ¿En qué piensas?
Pienso en ella. Siempre en ella.
¿Qué tristezas habitan en el interior de tu cálida estancia, alma de enamorado? ¿Acaso acaricias con tus pensamientos (Tú, Salvador el melancólico) el corazón de la anhelada?
Sí, pienso en ella. Siempre en ella. Yo, Salvador, pienso en ella. Cada día, cada hora, cada minuto. El amor existe. No es un invento de los poetas. Pero no sé dónde se encuentra mi amor. Por eso estoy perdido y confuso. Pienso que mis ilusiones son inútiles, pero cuando recuerdo su mirada no tengo más remedio que mantener la esperanza. No tengo más remedio que pensar que algún día la encontraré para poder seguir viviendo. Hay un clamor de campanas negras en el aire azul. Hay un clamor azul que abraza un dolor febril de guadañas. Hay una lechuza lúgubre (la tristeza) que enturbia la floresta de mi alma enamorada. Cada día, cada hora, cada minuto... pero posiblemente jamás consiga el amor de ella- pensó Salvador.
76- EL AMOR: ¿QUÉ ES? ¿CUÁNDO SE CELEBRA SU FIESTA?
En la Gran Ciudad, cada cinco años, tenía lugar: la Gran Exposición de Arte Contemporáneo. Toda la mañana estuvo el Doctor Guzmán recorriendo las salas y de pronto la vio: Catalina. Ella le deslumbró. Él tembló. En su corazón bramó una tempestad que anunció el AMOR. –¡Jo!, creo que me he enamorado- escribió poco tiempo después Catalina en su diario. Y luego, en un café, preguntó a Guzmán: –¿Cuándo me empezaste a querer?. –Desde el primer día– respondió Guzmán.
77- JUNTO A LA CAMA.
Junto a la cama, un cofre negro cerrado tenía aspecto de féretro infantil. Ella planchaba sobre una mesa roja. Máscaras de carnaval en las paredes y una caja vacía. Paredes descoloridas de un amarillo enfermo.
78- ELLA PLANCHABA
sobre la mesa roja, muy cerca del cofre negro y la cama deshecha. Su mirada tenía la melancolía de una lluvia negra y helada. De algo oscuro y dulce perdido para siempre.
Fin del otoño. Un paseo por las afueras de la Gran Ciudad. Al atardecer (Él: Salvador el melancólico) caminaba. De los negros postes por el cielo se deslizaban: LOS CABLES: Su. A. Ve. Men. Te. Salvador caminaba. Las negras siluetas de los edificios, los hombres y mujeres que avanzaban como borrosas manchas a lo lejos. Y las farolas ya encendidas. Salvador Blättner caminaba solo, por las afueras de la Gran Ciudad. Al atardecer. Su mirada tenía la melancolía de una lluvia negra y helada. De algo oscuro y dulce perdido para siempre. Casas enlutadas, calladas, pequeñas y enternecedoras. Casa amarillas, azules y rojas. Y los árboles de ramas onduladas que perdieron las hojas.
De incienso la tarde fría también se mecía, especialmente en sus azules, con el dorado luminoso de las charcos (ESPEJOS HÚMEDOS) y las silenciosas figuras que avanzaban (borrosas manchas) por las afueras de la Gran Ciudad, al atardecer: Música mágica y caprichosa que se hundía en el alma negra de Salvador.
79- SÍ. EL MISMO AÑO
en que creó y lideró “The Happy Generation” Francisco se interesó vivamente por la filosofía de Nietzsche.
El grupo tuvo éxito: Francisco abandonó sus estudios. Luego: Giras, peleas (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡ME HAN HERIDO! ¡QUE TE JODAN!), denuncias, conciertos (¡QUE NO DECAIGA!) en directo, etc.
Luego: “Tempestad y Peligro”.
y luego (MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE) conoció a Vicky (En aquel tiempo Francisco, Salvador y Juan Ignacio vivían juntos).
En aquel tiempo: Cuando regresó a casa se encontraba muy cansado. Se sentó en el diván (así llamaba Francisco al sofá) y pensó que no sería capaz de levantarse de allí en toda la tarde. En aquel tiempo: Las sucias cortinas, los cráneos de animales con largos cuernos por las paredes. Una pequeña cómoda de madera y, sobre ella, libros y papeles en desorden. Una guitarra eléctrica sobre la cama deshecha y afuera, tras la ventana: El tráfico intenso, las calles anchas, las nubes desfiguradas... Sentado en el diván, Francisco pensó que no sería capaz de levantarse de allí en toda la tarde. Salvador y Juan Ignacio tuvieron que avisarle, al menos tres veces, de que ya era la hora de comer (En aquellos tiempos Francisco, Salvador y Juan Ignacio vivían juntos).
Luego, en la comida, resulta que Francisco se enteró de que había invitaciones para el concierto de Arnold Schoenberg en la Catedral (En el corazón de la Gran Ciudad todavía se alzaba la Vieja catedral Gótica). Francisco pidió para él dos invitaciones y se le concedieron.
Se le concedieron pero... ¿Aceptaría? (Al fin y al cabo sólo había hablado con ella un par de veces).
80- ¿ACEPTARÍA VICKY?
Y de hacerlo: ¿Lo haría por compromiso?
81- SE LO PENSÓ BASTANTE TIEMPO.
Por fin (Cuando pensó: –Ahora es la hora de llamar o nunca) se sentó trágicamente junto al teléfono con las dos invitaciones en la mano, como paralizado.
82- EL CORAZÓN
le latía con increíble fuerza cuando marcó el número de Vicky (Emoción, aliento entrecortado...)
Hola, ¿sabes quién soy?
Sí, eres Francisco (Parecía contenta por la llamada).
A las ocho Francisco se dirigió a casa de Vicky.

83- UNA GRAN MULTITUD
se agolpaba a la puerta de la Catedral: Gente sin invitación que pretendía que le dejasen entrar (Helada Catedral: En tu interior un alma de fuego llamaba a las tristes multitudes olvidadas).
Un encargado abrió paso a Francisco y Vicky entre la masa (Gentío horripilante que estremecía) y consiguieron entrar: Afuera empezaba a llover. Dentro de la Catedral todos los asientos estaban ocupados: Gentío horripilante que estremecía, risas, emoción y festejo. Y las grandes duquesas elegantes de verdad (manos suaves como de cadáver).
Llovía tras las vidrieras de la Catedral. Francisco y Vicky se sentaron atrás, en el suelo, apoyados en una columna. Comenzó el concierto.
84- FRANCISCO ESTABA PREOCUPADO POR VICKY
y cada poco tiempo la preguntaba si estaba cansada. Ella decía que no. Luego, al final del concierto, le dijo que le dolía un poco la espalda.
85- ACABÓ EL CONCIERTO
y la multitud (Gentío horripilante que estremece, risas, emoción y festejo) abandonó la Catedral.
Prácticamente solos en el Templo quedaron Francisco y Vicky. Hermosa catedral: Tenebrosa el alma anhelante de Francisco afligías y consolabas con tu grito armónico y vertical (Azul).
Catedral azul y fría: había fuego en tu interior (Afuera llovía).
86- PRÁCTICAMENTE SOLOS
en el Templo quedaron Francisco y Vicky.
Catedral azul y fría (Afuera llovía): Había fuego en tu interior. Fuego de una CRUZ que eternamente flameaba majestuosa, alimentada con la sangre de CRISTO. Catedral: Aquella noche entenebreciste los sentidos de Francisco para la vil materia y elevaste su alma medrosa y anhelante (Se sentaron atrás, en el suelo) a las purpúreas regiones de la VIDA. Catedral extasiada en tu propia belleza que era la belleza de tu HUÉSPED: DIOS. Gélida Catedral nocturna, en tu interior se derretía el alma del Viajero Francisco (Se sentaron atrás, en el suelo). ¡Oh, resplandeciente! ¿Qué susurraba o gritaba la música nocturna que te acariciaba o afligía? ¿Qué SUBLIMES MENTIRAS de Schoenberg para destruir las falsas verdades de la materia? ¿Qué SUBLIMES VERDADES para arrancar lágrimas al Viajero Poeta Francisco?
Entonces Francisco (prácticamente solos habían quedado en el Templo) encendió una vela a un santo.
¿Crees en Dios, Francisco?
No lo sé. Pero espero que encendiendo esta vela se me cumpla un deseo.
¿Me invitas a un café, Francisco?
¡Claro que sí, Vicky!
87- TOMARON UNAS CERVEZAS
en un bar con una decoración de colores estridentes (También una ración de “ensaladilla a la española”).
Vicky habló a Francisco de sus viajes, de primitivas ceremonias, de sus padres... Luego hablaron de camareros, de camareras, de la última moda, de japoneses, de música... (Vicky tenía el pelo negrísimo).
Más tarde, los dos se encontraban en casa de Vicky.
Ella preparó café. Por allí andaba Guirlandaio, el gatito, que aquella noche estaba algo violento y agresivo.
88- A LA MAÑANA SIGUIENTE:
¡RIINNGGG...!
Dígame.
Hola Juan Ignacio, soy Francisco. Sólo llamo para decir que estoy bien y que no me he muerto.
¿Desde dónde llamas?
-Eso a ti no te importa, curioso.
(En aquel tiempo Francisco, Salvador y Juan Ignacio estaban tan unidos que este tipo de llamadas eran corrientes).
89- LOS PRIMEROS DÍAS
en que Francisco empezó a salir con Vicky llovía constantemente. Estaba feliz (Apenas tenía fuerzas para comer: casi no dormía).
Lloviendo a chaparrón y sin paraguas. Y a la vuelta Salvador y Juan Ignacio le decían que llevara una vida ordenada.
El mundo es asqueroso, pero me gusta. ¡Estoy enamorado de ti, Vicky!
¿Estás de broma?
Para besar no hay que pedir permiso, Francisco.
Ya, pero... ¿Es esta la postura más adecuada?
¡Por favor Francisco, estamos en un bar y hay que tener respeto!
¡A tomar por culo con el respeto!
¡Estás loco, Francisco! Tócame algo.
Lo que tú quieras.
Qué bien tocas. Te quiero.
Te amo.
(Vicky tenía el pelo negrísimo).
90- COMO YA ERAN LAS SEIS DE LA MAÑANA
fueron a casa de Vicky a desayunar. Las ventanas estaban empañadas por el frío y Francisco dibujó un corazón con una flecha en el cristal.
Bajo mi aparente cinismo y mis bromas se esconde una persona triste.
En realidad nunca me pareciste demasiado feliz, Francisco.
91- ELLA ERA EL AMOR (O ESO PENSABA FRANCISCO)
pero: ¿Dónde estaban los pájaros, dónde la melodía de frondas verdes, los árboles, la luz? Sólo un perfume extraño y efímero que abrasaba (¡Ah, qué bien!) magnífico. Sólo un misterio que abatía y desgarraba y empapaba de lágrimas los cristales (Francisco dibujó un corazón con una flecha).
Un día Vicky dijo a Francisco: –No te merezco. Y abandonó precipitadamente el cadáver vivo de Francisco en su huída. Cadáver vivo de Francisco Fröbel que se pudriría entre rosas negras y enfermas.
¿Qué acaricias entre tus suaves manos Vicky? ¿Un corazón? Sí. Abandonaste precipitadamente el cadáver de Francisco para poseer su corazón. Y ahora, dulce Vicky (dulce criatura melancólica) acaricias tu tesoro con manos suaves. Y lo estrechas suspirando contra tu pecho desnudo. Pero, perdona que te lo diga Vicky, hay algo lóbrego en este corazón terrible y negro ya marchito.
(Vicky tenía el pelo negrísimo)
¿Estás de broma?
92- ENTONCES FRANCISCO (PRÁCTICAMEN- TE SOLOS
habían quedado en el Templo) encendió una vela a un santo.
¿Crees en Dios Francisco?
No lo sé. Pero espero que encendiendo esta vela se me cumpla un deseo.
93- SÍ. ESPERABA QUE SE ME CUMPLIERA
un deseo: ¡Que fueras mía, mi hermosa Vicky de pelo negrísimo y labios rojos como sangre!
94- ¿ME INVITAS A UN CAFÉ, FRANCISCO?
¡Claro que sí, Vicky!
(Tomaron unas cervezas en un bar)
(Tomaron una ración de “ensaladilla a la española”)
Más tarde, los dos se encontraban en casa de Vicky. En una pequeña habitación sombría. Junto a la cama (donde nocturnos se abrazaban los enamorados) un cofre negro cerrado tenía aspecto de féretro infantil. Dos tazas de café sobre la mesa roja. Máscaras de carnaval en las paredes y una caja vacía. Paredes descoloridas de un amarillo enfermo. Ebrios de deseo, nocturnos se abrazaban Francisco y Vicky en la sombría alcoba. Salvajes se abrazaban solitarios desnudos. Sus quejidos atravesaban el cielo estrellado. Y se hundían sus cuerpos en el abismo azul sin tiempo. En la tiniebla dulce de los no nacidos. (Lluvia tras los cristales).
¿Estás de broma?
No, Vicky (Vicky tenía el pelo negrísimo). No estoy de broma.
95- VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
No, Vicky. No estoy de broma.
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
No lo sé. Pero espero que encendiendo esta vela se me cumpla un deseo.
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Sus quejidos atravesaban el cielo estrellado.
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Las ventanas estaban empañadas por el frío.
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
En realidad nunca me pareciste demasiado feliz.
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
¡Ah, qué bien!
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
¿Desde dónde llamas?
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Ya, pero...
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
¿Crees en Dios?
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Por allí andaba Guirlandaio, el gatito, que aquella noche estaba algo violento y agresivo.
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Gente sin invitación pretendía que le dejasen entrar.
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Prácticamente solos en el templo quedaron Francisco y Vicky.
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Luego, en la comida (...) de Arnold Schoenberg (...)
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
(...) pero... ¿Aceptaría? (Al fin y...) (...)
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
(...) con increíble fuerza (...) entrecortado...
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Máscaras de carnaval en las paredes (...) vacía.
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Las negras siluetas (...) edificios, los hombres y (...)
VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO:
Música enferma e insondable.
96- MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE:
Vicky tenía el pelo negrísimo.
MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE:
Y luego en un café.
MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE:
El amor: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta?
MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE:
En la noche ebria de deseo.
MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE:
Risas, emoción y campanas.
MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE.
Llovía tras los cristales.
MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE:
Al anochecer.
MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE:
Dulce criatura melancólica.
MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE:
¿Sueño o realidad?
MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE:
Soñé que me arrestaban
97- DESPUÉS DE VERME ENVUELTO
en una pelea. El juez me da a elegir entre multa o prisión. me quedo con lo segundo pero la cárcel es un hotel. Afuera llueve y la cama tiene las sábanas de color negro. También hay un cofre negro de aspecto siniestro. Del cofre sale una débil voz (la voz de Vicky: música enferma e insondable) pidiendo socorro. Está cerrado y cuando intento forzar la cerradura la luz se apaga (...) Afuera continúa lloviendo (...) a menudo.
98- FUI EXPULSADO DEL INSTITUTO- DIJO FRANCISCO.
El dolor y la furia golpeaban su pecho adolescente: I’m free! I’m free! And I’m waiting for you to follow me.
¿Tenéis veinte duros que os sobren?
¿Para qué los quieres Francisco?
No, para nada, es que colecciono.
¡JA, JA, JA, JA! (ji, ji, ji) JE, JE, JE...
99- DEL DIARIO DE SEBASTIÁN (COMPAÑERO DE
Francisco en el instituto): En clase de “Cara Trucha” me muero de la risa con las gracias de Francisco. Después de clase regresamos juntos. Nos cruzamos con un chaval guaperas rubio que lleva una corbata muy llamativa. Yo le digo a Francisco: Mira qué corbata. Cuando se cruza con nosotros le dice Francisco al chaval: ¡Guapo! El chaval se queda mirando y entonces Francisco se empieza a enrollar con él diciéndole que si no sé qué de que le conoce, que si no sé qué de que le conoció un día en un baile Y QUE ÉL ESTABA (él: el chaval rubio guaperas) CON UNA CHAVALINA PEQUEÑA HECHO UN DON JUAN CON SU CORBATA. Después de un rato de TOMAR EL PELO al pobre chaval (EL RUBIO GUAPERAS DE LA CORBATA LLAMATIVA) continuamos el camino. Entramos en un bar y tomamos: YO UNA CAÑA Y FRANCISCO UN CAFÉ. YO: A ver cuándo pagas tú, cabrón. ÉL: Mañana que cobro. Francisco empieza a desvariar: CON LA GENTE DEL BAR. Y luego empieza a HACERSE EL GRACIOSO. Y a hacerse un PORRO. Y le dice el camarero que aquí no.
Y luego entra en el bar un negro a vender baratijas y Francisco le dice que quiere condones. El negro se los da pero Francisco no le hace caso: LE DICE AL NEGRO que eso no da dinero, que se dedique a vender costo. El negro mira con una cara un poco asustada. Es un negro negro. Tiene la mirada de los típicos negros de película.
Y LUEGO QUIERE FRANCISCO que yo le acompañe a PUTAS y le digo que no tío.
Y luego también por el camino Francisco se quedó con una tía y se puso a darle la vara. Yo le digo a la TÍA que mi AMIGO no es peligroso y dice Francisco que a veces muerde y no quiere decir dónde. A la tía le dice por ejemplo: ERES COMO LA PALAS ATENEA. YO DIGO: Más guapa, la Palas está ya pasada. Francisco: Pues sí. También se queda con una tía que tiene un acompañante garrulo mucho mayor que ella. Luego discutimos Francisco y yo sobre si el tipo en cuestión será el PADRE o el MARIDO de la TÍA (Es una TÍA que va por clase). Si es su marido me suicido, dice Francisco. Luego me entero de que Francisco ha leído a Nietzsche y dice que el más profundo de los libros de Nietzsche es “Así habló Zaratustra”.
Por la calle Francisco da gritos EUFÓRICO.
100- EN CLASE DE “CARA TRUCHA”:
En clase de “Cara Trucha” me muero de la risa: Éxtasis de unas horas de iluminar-golpear-veredas pasión para clamor alegre y agresivo como un relámpago.
Después de clase regresamos juntos: Lluvia. Nubes en la lejanía. ¡Ahora es el momento! ¡Música! ¡Alarido oración (de dos almas adolescentes idiotas) que el viento fantasmal del otoño arrastraba como hoja muerta!
¡Ditirambos! En la ciudad, los hombres intentaban pasar inadvertidos: Por el oscuro sendero de la vida (¡Mira qué corbata más ridícula, tío) y de la muerte. Ellos querían apartar (¡Guapo!) de sus almas jóvenes el dolor tenebroso de la MUERTE (Continuamos el camino) y reírse del tráfico intenso y las calles anchas (¡PUTO TRÁFICO!). Reírse de los profesores, del instituto, del “CARA TRUCHA”, de la realidad. VIVIR (Entramos en un bar) CON MIRADA ALEGRE Y AGRESIVA. Vivir (Entramos en un bar) un sueño como un himno: ¡Como un relámpago!: A ver cuándo pagas tú. ¡Como un relámpago!: Mañana que cobro.
No sollozar: Francisco empieza a desvariar con la gente.
¡Amenazar!: El negro mira con cara un poco asustada.
Agoniza la infancia: Las nubes desfiguradas incendian el cielo al atardecer. ¿ME ACOMPAÑAS A PUTAS?
No, Francisco.
¿Por qué? ¡Aún es temprano!
¡Aún es temprano!– pensaba Francisco, y una ebriedad de oro era el sol que flameaba en su alma. Su alma que, entre la niebla, buscaba la salida del laberinto tropezando con tétricos fantasmas y CON EL FRÍO AZUL DE LA LUNA (–¡Que no tío!)
No insistas.
¿Por qué? ¡Aún es temprano!
Aún es temprano: A veces creía ver un ángel familiar entre la niebla, sonriendo, como aire helado. Y entonces su alma ardía como un bosque y su espíritu se abismaba al fondo de un estremecimiento purpúreo: –Eres como la Palas Atenea... ¡Más guapa!
(Sueños pisoteados y melancolía que se transforman en alegría TENEBROSA E INCANDESCENTE).
Horas tristes y oscuras de la adolescencia. Horas lúgubres y dementes: Si es su marido me suicido.
Odio ciego, cólera espléndida y vertical en el abismo-banderas al viento de su corazón NEGRO (¡EUFÓRICO!)
101- EL GRUPO TUVO ÉXITO:
Francisco abandonó sus estudios.
Luego: Giras, peleas (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡ME HAN HERIDO! ¡QUE TE JODAN!), denuncias, conciertos (¡QUE NO DECAIGA!) en directo, etc. Luego: “Tempestad y Peligro”: Voz y guitarra: Francisco Fröbel. Percusión: Salvador Blättner. Bajo: Juan Ignacio Rochowanski.
Y luego (MÚSICA ENFERMA E INSONDABLE) conoció a Vicky.
Hola, ¿sabes quién soy?
Sí, eres Francisco.
Llovía tras las vidrieras de la Catedral. Francisco y Vicky se sentaron atrás, en el suelo, apoyados en una columna.
¿Crees en Dios, Francisco?
No lo sé.
Más tarde, los dos se encontraban en casa de Vicky. Ella preparó café. Por allí andaba Ghirlandaio, el gatito. Llovía tras las vidrieras de la Catedral.
Ebrios de deseo (–Hola, ¿sabes quién soy?) nocturnos se abrazaban (–Sí, eres Francisco) en la sombría alcoba. Máscaras de carnaval en las paredes y una caja vacía. Paredes descoloridas de un amarillo enfermo...
Sí. De no haber conocido a Vicky (Te quiero) la vida de Francisco Fröbel probablemente hubiera discurrido de forma muy distinta.
102- BAJO LA LONA DEL GRAN CIRCO.
No creía en nada. no aspiraba a nada.
DAME LA MANO, CATALINA. HACE UN DÍA HERMOSO.
Se puso a estudiar Bellas Artes como podía haber estudiado otra cosa.
MIRA: EN EL JARDÍN SE PUDREN LAS AMAPOLAS.
Si se decidió por esta carrera fue porque había que estudiar poco.
EN LOS SEPULCROS SOLITARIOS HAY RESTOS ÓSEOS.
Al poco de comenzar los estudios comprobó que, en efecto, la gente era “super-guay”: HIZO MUCHAS AMISTADES.
MIRA: EN EL JARDÍN SE PUDREN LAS AMISTADES.
No había que saber dibujar ni pintar para aprobar.
¡MIRA, CATALINA!: LAS CAMPANAS YA TOCAN A MUERTE.
No le interesaba nada especialmente.
EN MI CEREBRO VACÍO HAY RESTOS DE NADA.
Excepto una cosa: “Tempestad y Peligro”.
¡MIRA, CATALINA!: LAS AVES DE PASO.
Conoció al Doctor Guzmán en la Gran Exposición de Arte. Y al poco tiempo Catalina escribió en su diario: ¡Jo! Creo que me he enamorado.
DAME LA MANO, CATALINA: HACE UN DÍA HERMOSO PARA ACARICIAR TU CUERPO JOVEN DE TERCIOPELO.
Su relación con el Doctor Guzmán fue muy satisfactoria desde el primer momento.
YO, EL DOCTOR GUZMÁN, TE DESEO. TE DESEO, CATALINA, CON TODA LA PECAMINOSIDAD MORBOSA QUE ME ES PROPIA.
Tenía el Doctor Guzmán un Mayordomo muy estirado y antipático.
YO, EL MAYORDOMO, TE DESEO. TE DESEO, CATALINA, CON TODA LA PECAMINOSIDAD MORBOSA QUE ME ES PROPIA.
El castillo tenía muchísimas habitaciones.
EN LA PUTRIDEZ DE MI ALMA SIENTO GOZES INFAMES. DAME TU CUERPO UNA VEZ MÁS, CATALINA. DAME TU CARNE Y DEJA QUE YO, EL DOCTOR GUZMÁN, ULTRAJE UNA VEZ MÁS UN ALMA INOCENTE. SOY UN DOCTOR EBRIO DE DESEO: DENÚDATE SOBRE NUESTRO INFAME LECHO DE... ¿AMOR? (¡JA, JA, JA, JA!) POBRE CATALINA: ¿POR QUÉ TE ENTREGAS A UN CADÁVER? ¿NO SABES QUE LO QUE TÚ CREES LECHO DE AMOR NO ES MÁS QUE UNA FRÍA TUMBA?
ERES SÓLO UNA NIÑA: TE DESEO. EN LA PUTRIDEZ DE MI ALMA SIENTO GOCES INFAMES, CATALINA: CON TODA LA PECAMINOSIDAD MORBOSA Y REPUGNANTE QUE ME ES PROPIA.
CATALINA: DULCE MUCHACHA DE CEREBRO VACÍO: ¿NO SABES QUE DUERMES CON EL DOCTOR DE LA NOCHE?
POBRE NIÑA: ¿NO VES QUE MIS PALABRAS ESTÁN IMPREGNADAS DE VENENO? ¿NO VES QUE ESTOY ASESINANDO TU JUVENTUD CON MI ODIO CIEGO?
Sí. El castillo tenía muchas habitaciones.
El castillo donde vivía el Doctor Guzmán tenía pasillos larguísimos.
¡MIRA, CATALINA!: LAS AVES DE PASO: HACIA LA MUERTE.
Y una biblioteca con tantos libros que no se podían ni contar.
EN LIBROS TENEBROSOS MI ALMA INFANTIL ENCONTRÓ LA MUERTE. MI ALMA BEBIÓ AGUAS CENAGOSAS.
TU CUERPO, CATALINA, SE DESHACE BLANCO ENTRE MIS NEGRAS MANOS DE DOCTOR CRIMINAL.
(MI ALMA BEBIÓ AGUAS CENAGOSAS) ¡SOY FELIZ!
(HACE FALTA MUCHO ODIO PARA ALCANZAR LA FELICIDAD, CATALINA)
¡MIRA!: EN TU JARDÍN, CATALINA, SE PUDREN LAS AMAPOLAS.
(¡HACE UN DÍA TAN HERMOSO!) (...)
(–¡Jo! Yo flipo):
En el castillo (Que estaba RODEADO POR UN BOSQUE).
En el castillo (Que estaba RODEADO POR UN BOSQUE) Catalina nunca quiso instalarse. Tampoco habló nunca a sus tres mejores amigas (que vivían con ella en un piso de estudiantes) del Doctor Guzmán.
AL PRINCIPIO, GUZMÁN NO HABLABA NUNCA DE COSAS IMPORTANTES. Sólo decía bromas (–Mi profesor de metafísica tenía cabeza de bombilla) para hacerle reír a ella.
Pero luego empezó a hablar de cosas (...) que a Catalina le resultaban, según sus propias palabras, “un poco coñazo”.
Y Catalina no entendía nada y se aburría (¡Jo! ¡Me aburro!) mucho.
Pero no importaba. Porque otras veces (las más) Guzmán era muy simpático y divertido: –Mi profesor de metafísica tenía cabeza de bombilla.
Como el adolescente necesita asimilar el material ambiental para formar un mundo interior propio, poco a poco Catalina fue aprendiendo algunas cosas de Guzmán.
Aprendió, por ejemplo, que Marx (...) era malo. Y que Nietzsche (...) dijo cosas muy bien dichas.
Aprendió también que Kant era uno gracias al cual luego aparecieron los románticos.
MI ALMA BEBIÓ AGUAS CENAGOSAS EN TENEBROSOS LIBROS.
Y que los románticos, en realidad, no tenían que regalar flores para serlo.
Aprendió también que Satanás (...) era como un rebelde.
¿NO SABES QUE DUERMES CON EL DOCTOR DE LA NOCHE?
Lo que Catalina no podía aceptar era que Caín tampoco fuera malo.
EN LA PUTRIDEZ DE MI ALMA SIENTO GOCES INFAMES.
Y poco a poco el cerebro de Catalina empezó a poblarse de ideas del Doctor Guzmán.
¿NO VES QUE ESTOY ASESINANDO TU JUVENTUD CON MI ODIO CIEGO?
Guzmán era muy gracioso. Se le ocurrían cosas muy divertidas: En cierta ocasión contó a Catalina que él había tenido muchas vidas y que se acordaba de todas.
¿POR QUÉ TE ENTREGAS A UN CADÁVER? ¿NO SABES QUE LO QUE TÚ CREES LECHO DE AMOR NO ES MÁS QUE UNA FRÍA TUMBA?
En una de estas vidas pasadas murió a causa de un marido celoso.
EN LA PUTRIDEZ DE MI ALMA SIENTO GOCES INFAMES– PENSÓ EL DOCTOR GUZMÁN.
Un día ocurrió algo muy extraño. Catalina caminaba hacia la Facultad de Bellas Artes por una calle solitaria. Entonces un perro, que parecía rabioso, la atacó. Catalina, aterrorizada, gritó: –¡Doctor Guzmán, sálvame! Y entonces ocurrió algo muy extraño: El rabioso perro de mirada homicida se tranquilizó al instante. –El Doctor Guzmán me ha salvado– pensó Catalina mientras acariciaba tan (ahora) mansa bestia. Más tarde pensó: –No, sólo fue una coincidencia; el Doctor Guzmán no tiene poderes mágicos: ¡PRIMER MISTERIO EN LA VIDA DE CATALINA!
Otro día, ella se encontraba con Guzmán en el castillo cuando el Doctor (alguien le llamó por teléfono) se ausentó (–Espérame aquí si quieres, en menos de una hora estoy de regreso, guapísima) del castillo. Y Catalina se quedó allí sola: En la biblioteca (lujosa estancia) del Doctor Guzmán: Libros (tantos que no se podían ni contar), un sofá tapizado (terciopelo granate), la chimenea (lacada en azul muy suave), el amplio ventanal... Aquel día Catalina llevaba un jersey de lana multicolor y un chal.
Y una gorra a cuadros.
Y una falda larga:
Mezcla de varios estampados
de colores
ALEGRES.
Se sentía alegre
y animosa
y le dio por
INVESTIGAR.
Y curioseando
por aquí y por allá
DIO CON ALGO SORPRENDENTE ¡UNA PUERTA SECRETA! CON MUCHO MIEDO ENTRÓ POR ELLA CON MUCHO MIEDO MUY DESPACIO CAMINÓ POR EL LARGO PASILLO CON MUCHO MIEDO LLEGÓ A UNA PEQUEÑA HABITACIÓN LLENA DE... ¡PERROS DISECADOS! ¡CIENTOS DE PERROS DISECADOS! BUENO... POR LO MENOS VEINTE PERROS DISECADOS Y TODOS LLEVABAN UNA PEQUEÑA PLACA CON SU NOMBRE Y LA FECHA EN QUE FUERON DISECADOS POR EJEMPLO: LEAL DISECADO EL 4 DE MAYO DE 1970 EL QUE MÁS LE LLAMÓ LA ATENCIÓN DE TODOS AQUELLOS PERROS DISECADOS SE LLAMABA “LUCERO”: DISECADO EL 1 DE ENERO DE 1800 ¡JO! ¿POR QUÉ LE LLAMÓ LA ATENCIÓN? POR LO BELLO
Y LO SUBLIME
que era. Cuando el Doctor Guzmán.
regresó ella no le dijo.
nada de su descubrimiento.
LUEGO DÍAS DESPUÉS HABLANDO CON GUZMÁN ELLA SACÓ EL TEMA DE LOS PERROS: PUES A MÍ ME GUSTAN POCO LOS PERROS COMENTÓ CATALINA ENTONCES GUZMÁN EMPEZÓ A HABLAR DE PERROS Y DIJO: YO TUVE UN PERRO AL QUE QUERÍA MUCHO SE LLAMABA LUCERO ¡QUÉ ME DICES! ¡AH! ¡ASOMBROSO! ¡OH! ¡CARACOLES! PENSÓ CATALINA.
¿Cómo pudo tener Guzmán (¡SEGUNDO MISTERIO EN LA VIDA DE CATALINA!) un perro en el siglo XIX?
No dijo nada.
Al Doctor Guzmán.
Pero durante.
Los siguientes días.
No pensó.
En otra cosa:
¿Quién es Guzmán que ha vivido en otras épocas?– pensó Catalina.
¿ES QUE NO SABES QUE DUERMES CON EL DOCTOR DE LA NOCHE?– PENSÓ GUZMÁN.
¿Quién es Guzmán que tiene poderes mágicos?– pensó Catalina.
¿ES QUE NO SABES QUE DUERMES CON EL DOCTOR DE LA NOCHE?– PENSÓ GUZMÁN.
Pasaron los días.
Le gustaba
pasear
sola.
Y UN DÍA PASEANDO, PASEANDO, LLEGÓ HASTA LA PUERTA DEL CEMENTERIO DE LA GRAN CIUDAD.
(¡MIRA CATALINA!: LAS AVES DE PASO: HACIA LA MUERTE.)
¿Eres real o eres un ángel?– dijo salvador Blättner CON TODA LA PECAMINOSIDAD MORBOSA
Y REPUGNANTE
QUE LE ERA PROPIA.
103- PASARON LOS DÍAS... LOS DÍAS...
Y llegó el verano.
Catalina paseaba sola. Por el Gran Bosque (que rodeaba el castillo donde vivía el Doctor Guzmán).
De pronto: Catalina escuchó risas cercanas. Y ruido como de agua.
Se acercó sigilosamente y, escondida tras arbustos y ramajes para no ser vista, observó la siguiente escena: En el río, que cruzaba el Gran Bosque, hombres y mujeres desnudos se bañaban.
Hombres y mujeres desnudos reían, corrían, tocaban la guitarra (desnudos sobre la yerba)...
104- DESNUDOS SOBRE LO VERDE.
Desnudos dorados sobre lo verde. Azul la queja suave del agua en el frescor del bosque. Aroma húmedo. Y el sonido indolente de una guitarra.
Catalina espió las risas y los colores. El azul espejo de desnudos dorados sobre lo verde.
Catalina espió, escuchó gritos alegres (vida salvaje).
Catalina espió, escuchó, miró ardientes purpúreos desnudos (¿Celebración antigua?)
Catalina (Más adelante veremos que se equivocaba) vio algo mágico y puro: inocencia recobrada de una edad dorada (Perdida y mítica)
Más adelante veremos que se equivocaba.
Deben de ser hippies– pensó mientras se acercaba para observar mejor la escena (Muy sigilosamente, pues tenía miedo a ser descubierta).
Entonces descubrió algo que la dejó perpleja: Nadaba en el río Juan Ignacio Rochowanski. Perseguía mujeres entre los árboles Francisco Fröbel. Tocaba la guitarra... ¡Salvador Blättner!
Desnudo tocaba Salvador Blättner (-¡Jo, yo flipo!) cuando, súbitamente, abandonó su guitarra para abrazar a una mujer desnuda.
¡Jo, yo flipo!– pensó Catalina.
Ebrios de deseo, bajo los dorados rayos del sol, se abrazaron los enamorados sobre lo verde húmedo. Salvajes se abrazaron enlazados desnudos: Quejidos que se fundieron con el sonido indolente del agua. En el frescor del bosque.
Catalina pensó (¡Jo, yo flipo!) que ya había visto lo suficiente. Como además tenía miedo: DE SER DESCUBIERTA: decidió alejarse, muy sigilosamente, de allí.
De buena gana hubiera regresado Catalina al bosque al día siguiente. Pero
105- PARA EL DÍA SIGUIENTE TENÍA OTROS PLANES:
A las ocho de la mañana partió en tren con el Doctor Guzmán: HACIA VENECIA.
106- GUZMÁN Y CATALINA EN VENECIA.
Y para ser más precisos: ¡VENECIA!
No resultaba difícil reconocer las famosas góndolas, las callejas ruinosas que el sol abrasaba, el agua negra y fría.
La bella miseria reflejada en el mar.
Los amantes apasionados.
La añoranza aristocrática de los poetas.
Y por doquiera, los negros palos, las lúgubres góndolas negras, las sombras quebradas de los pájaros que removían las aguas doradas...
Así pues, por el bajo puente pasó, encorvado, un gondolero.
Agua azul, pútrida piedra que se derretía, una barca, solitario silencioso delirio. Y las ratas bajo la sombra tardía.
Y el dulce ensueño, la queja febril de las barcas que crujían, los templos plateados, los reflejos en el agua pausada (violines purpúreos que ardían, fiebre blanca, risas y espejos, incienso y delirio). Y EL MISTERIO TRAS LAS CORTINAS.
Sí: Venecia poseía un murmullo propio que declinaba (cáliz y abismo). Porque, no obstante las apariencias, Venecia no era un delicado manjar para frívolos decadentes, sino EL CHIRRIDO DE UN GATO FANTASMAL, LA MADERA QUE SE PUDRÍA EN LO NEGRO, UN SUSURRO TRISTE, UNA BARCA QUE DESCENDÍA INSEGURA...
Había, en suma, dos Venecias: La ABSOLUTA, donde la VIDA y la MUERTE chapoteaban en el canal. Y la que contemplaban los turistas (gentío horripilante que estremecía).
La primera murmuraba bajo el puente, CIERTAMENTE.
Aquel día...
El Doctor Guzmán y Catalina caminaban por la Plaza de San Marcos cuando:
¡Eh, Guzmán!
Oye, Guzmán, aquel tío te está llamando.
¿Eh?, pero si juraría que es... ¡El Doctor Pelayo!
Guzmán acababa de encontrar, casualmente (?), a un viejo amigo (Hacía años que no veía al bueno del Doctor Pelayo).
Después de las presentaciones de rigor los tres decidieron tomar algo en el café Florian (Risas y espejos. Violines...) A Catalina esto le pareció muy bien. Le gustaban mucho estos cafés anticuados de la Plaza de San Marcos y le gustaba conocer gente nueva.
Y también: LAS CONVERSACIONES DE LOS DOCTORES (No se enteraba de nada).
Sí, Guzmán, es cierto que se ha querido ver en (...) al heredero de (...) pero... (...) –De aquí el eterno desequilibrio del sistema de (...) y lo inadecuado... (...) –¡Claro! Lo útil se disuelve y pasa a segundo grado, por más que... (...) –¡En efecto! Pero únicamente en cuanto CAPACIDAD SENSIBLE QUE... (...) –Nos enfrentamos a una doble contradicción: o bien renunciamos a... (...) –¡Lo que tú quieras, Pelayo!, pero no me podrás negar que un proceso intelectual de AGRUPACIÓN Y SÍNTESIS... (...) –¡Ya!, Pero la cuestión consiste en saber si es posible...
Una hora después: –Empiezo a estar harta– pensó Catalina.
Vosotros seguid charlando tranquilamente, yo voy a dar una vuelta y luego nos vemos en el hotel, Guzmán.
No. No me estáis aburriendo, pero me apetece caminar sola.
Caminó sola.
Caminó sola sin rumbo: POR LAS VIEJAS CALLES DE VENECIA (Las conocidas góndolas, el agua negra y fría, la queja febril de las barcas solitarias, los templos plateados reflejados en el mar...)
Y, por segunda vez en su vida, contemplando las góndolas negras, el agua negra y fría, las barcas solitarias, los templos plateados reflejados en el mar...
¡VOLVIÓ A PENSAR EN LA MUERTE!
La muerte: ¡Tierra, trágame! La muerte: ¿No lo entiendes? La muerte: ¡Jo! ¡Qué mierda! La muerte: Sueños pisoteados. La muerte: El mundo se estremece. La muerte: ¿Por qué? La muerte: Reposar en calma, bajo la losa. La muerte: Nubes desfiguradas incendian el cielo. La muerte: Dolor tenebroso. La muerte: Que destruye los dulces sueños. La muerte: Creo que voy a ponerme triste. La muerte implacable, la siniestra muerte como un gondolero fantasmal y cruel que pasa, encorvado, por el bajo puente. La muerte como la sombra quebrada de un pájaro en las doradas aguas. La muerte como una ausencia infinita, como un abismo de sombras, como un cuerpo putrefacto en el canal, como una barca que duerme solitaria, como una canción que algún remero entona a lo lejos: ETERNA Y MONÓTONA. Sí. Caminando sin rumbo por las viejas calles de Venecia (Las conocidas góndolas, el agua negra y fría, la queja febril de las barcas solitarias, los templos plateados reflejados en el mar...) Catalina, por segunda vez en su vida, pensó en la muerte.
Y, de pronto, empezó a anochecer.
Entonces las callejas se tornaron desconocidas y negras.
Callejas estrechísimas que no llevaban a ninguna parte.
¿Por dónde se llegaba a las calles principales? ¿Cómo salir de aquel laberinto?
La oscuridad creciente, como una neblina que cubría todo, impedía distinguir con nitidez las formas, que se mostraban irregulares, imprecisas...
Las quejas lúgubres de las barcas desvaídas y solitarias, los negros palos verticales, los gatos fantasmales que miraban desde la sombra, el crujir de las maderas...
Todo producía en Catalina una impresión espantosa.
Caminó deprisa, mirando con miedo en derredor. La más sutil vibración de una sombra, un brillo en el canal, un temblor misterioso en lo obscuro... Todo era interpretado por ella como la amenaza de algo vaporosamente terrible, sin nombre humano. Y la brisa, al soplar en su espalda, transformábase en el aliento enfermizo y suave del asesino. Y fue entonces cuando, en medio de aquel lúgubre, horrendo, espantoso sendero, apareció Vicky.
107- APARECIÓ VICKY.
Apareció Vicky: Radiante, brillante, flameante, refulgente para disipar la angustia.
Hola encanto, pareces asustada– dijo Vicky.
Me he perdido– contestó Catalina.
ME HE PERDIDO. ¿SABES POR DÓNDE SE VA AL HOTEL D’OR? (Preguntó Catalina)
Vicky lo sabía. Se prestó a acompañarla.
No es necesario, muchas gracias (Pero ante la insistencia de Vicky, aceptó encantada).
Caminaron juntas (ya por calles transitadas) hacia el Hotel D’or, y su conversación era animada.
108- POCO DESPUÉS:
Mira, yo vivo aquí, en esta casa. Esa ventana con cortinas azules en el tercer piso es mi habitación– dijo Vicky.
Había manchas rojas, como de sangre, sobre la pálida fachada (amarillenta) de la pequeña casa de tres pisos (Entre fantasmal y angelical, casi de cuento: MELANCÓLICA) que surgía, fantásticamente, de la lobreguez negra del agua: Que pudría sus cimientos.
¡¿No es un primor?!– Exclamó Catalina.
¿Subimos?– preguntó Vicky.
Es que es un poco tarde, me esperan en el hotel y... ¡Vale, subo!
Subieron:
Máscaras venecianas decoraban la estancia. Vicky sirvió unas copas de algo. Hablaron.
Largamente hablaron, intentando detener con sus palabras el imparable curso del tiempo.
Y las máscaras (Inquietantes, horripilantes, medrosas o enigmáticas) parecían escuchar, con atención o disimulo, desde las sombras.
Sobre todo habló Vicky: Con voz pausada. Intentando no dejar, en ningún momento, de sonreír. Intentándolo: Sin éxito.
Sí. Vicky intentó aquella noche, en todo momento, sonreír. Sin éxito. Y sus palabras, que eran tristes y se extendían anhelantes en el silencio de la nocturna habitación, venían de muy lejos (quizá de profundas regiones sepulcrales) a sus temblorosos-hermosos labios.
Y así, en unas horas, Catalina llegó a saber muchas cosas de Vicky;
Que vivía en la gran Ciudad (Calles anchas, tráfico intenso, sueños pisoteados): –¡Qué casualidad, tía!
¿Cómo viviendo en la misma ciudad no nos hemos visto nunca? De todas formas tu cara me suena, Vicky.
Sí. En unas horas, Catalina llegó a saber muchas cosas de Vicky. Que luego tenía también este piso, aquí en Venecia (Donde pasaba las vacaciones).
Que era rica, pues era una importante top-model (Casi como niñas de verdad-Labios rojos como sangre)
¡Claro! Si yo te he visto en revistas. ¡Por algo me sonaba tanto tu cara!: ¡QUÉ ALUCINE, TÍA!
Que había sido novia, durante mucho tiempo, de Francisco Fröbel (Voz y guitarra): ¡QUÉ ALUCINE, TÍA!– Exclamó Catalina vivamente excitada.
¿Sabes que yo me encontré un día con Salvador Blättner (Percusión) en el Cementerio? (–¿Eres real o eres un ángel?– dijo alguien– Fue una tarde de otoño. Estuvimos charlando un montón de tiempo allí sentados en una tumba (Dos mujeres enlutadas rezaban muy juntas, a lo lejos, junto a una tumba. Silbaba entre las tumbas el viento frío. Entre las blancas y tristes nubes fluía la luz...)
¿Quieres que te diga una cosa de Francisco Fröbel, Salvador y Juan Ignacio?: ¡NO ERAN MÁS QUE PAYASOS!– Exclamó Vicky.
Es duro decirlo así, tía– continuó diciendo–, pero es la verdad. Me costó mucho llegar a comprenderlo: Me costó aceptarlo (...) Reconocer que no sólo Francisco, sino también Salvador y Juan Ignacio (...) ¡NO ERAN MÁS QUE PAYASOS DE CIRCO!
Creían que por haber leído- continuó diciendo- cuatro mierdas de filosofías, creían que por mezclar (muchas veces de mala manera) rock and roll con música electroacústica (mal entendida) estaban en la cima del mundo, más allá del bien y del mal...
Creían hacer música– continuó diciendo Vicky –para minorías selectas, pero sus discos se vendían como rosquillas. ¡Hey, ya ha salido el último disco de los Tempestad, tenemos que pillarlo como sea! gritaban los universitarios sin cerebro. ¡Y hasta una vez salieron en los cuarenta principales! (¡Tierra, trágame!)
Para el pequeño y mezquino mundo donde ellos se movían, para el submundo en el que se movían– continuó diciendo –, donde nadie veía más allá de sus propias narices, ellos eran LO MÁS (–¡Jobarse, tronco, estos tíos son lo más!– Exclamó un universitario sin cerebro) Eran... ¿Cómo te diría?... ¡Unos grandes revolucionarios! (Para el público de universitarios sin cerebro que les escuchaban) Pero a la música de verdad, a la MÚSICA CON MAYÚSCULAS, ¿Qué han aportado? Vale, escuchas un disco de los Tempestad y flipas. Me refiero a uno de sus mejores discos, porque algunos, como el “Metal chasqueado”, son de pena, tía. Pues sí, escuchas un disco y dices: ¡Genial! Pero genial para su mundo, para el pequeño y mezquino mundo donde ellos se movían, para el submundo en el que se movían. Porque si comparas lo que ellos hacen con lo que hizo, casi un siglo atrás, Schoenberg: ¿Dónde diablos está su genialidad? ¿Dónde, sobre todo, la RADICALIDAD? Si fueran uno de esos grupos de rock que dicen: ¡Aquí estamos nosotros con dos cojones, somos los mejores y la música clásica que la escuche su tía, hacemos la música que nos gusta y punto! (...) ¡Pues vale!
Pero ellos pretendían ser los depositarios de una tradición milenaria por hacer aquella MUSIQUILLA de pacotilla. Genial, sí, de acuerdo– dijo Vicky –, pero de pacotilla.
Su música- continuó diciendo Vicky –parece buena, pero NO TE CREAS. Algún día todo el mundo (yo también, que ahora no puedo) verá que no lo es. ¿Sabes por qué?: ¡Porque es FALSA! No sale del corazón. Ellos pretenden que sí. Pero es falsa, es sólo una MÁSCARA. Una bonita MÁSCARA detrás de la cual no hay nada. Tardé en descubrir que detrás de Francisco Fröbel no había nada: Sólo un palurdo que había llegado a tener ideas SUPER-CLARAS y SUPER-RARAS de una forma mimética, como un lorito. ¿CUÁNTOS PALURDOS, COMO FRANCISCO FRÖBEL, SE HABRÁN VUELTO GILIPOLLAS PERDIDOS POR LEER CUATRO PÁGINAS DE NIETZSCHE? Y luego, como los otros, Francisco era un MACHISTA. ¡COMO TODOS LOS PROGRES HIJOS DE LOS AÑOS SESENTA! Hablaba de liberación de la mujer y era sólo un pretexto: Para acostarse con la primera incauta que caía en sus ZARPAS. No seas celosa, me decía Francisco. Yo era celosa y él no. ¿Sabes por qué? Muy sencillo: NO ME AMABA. Si me hubiera amado hubiera sido celoso. ES CURIOSO: Hubo un día en que un hombre me pareció un ángel, casi un dios. Me entregué a él como el suicida se entrega a la muerte, y sin embargo... (...) Francisco sigue existiendo. No ha cambiado: Ni física ni espiritualmente: ¡Es el mismo! El mismo al que yo amé. Entonces pienso: YO SOY LA QUE HE CAMBIADO. ¿Sabes por qué? PORQUE AHORA– dijo Vicky –FRANCISCO FRÖBEL ME DA NÁUSEAS.
Yo– dijo entonces Catalina –, en estos momentos estoy enamorada del Doctor Guzmán, pero creo que lo estoy porque yo quiero. O sea no sé si me explico: Estoy enamorada de él, o sea sí, pero porque a mí, es decir, me da la gana. Como un juego ¿sabes? Y el día que me dé la gana, ¿sabes?, pues dejaré, ¿no?, de estar enamorada de él: ¿SABES?
¿Crees de verdad lo que acabas de decir?– preguntó Vicky.
No (...) No lo creo (Hablaba a lo tonto)– respondió Catalina.
Y LE DIO LA RISA.
Y LE DIO LA RISA: Pero luego brotaron lágrimas de sus ojos: ¡SE ENCONTRABA TAN TRISTE DE REPENTE!
Aquella noche nació una fuerte amistad entre las dos mujeres. Mientras, en la habitación del Hotel D’Or, el Doctor Guzmán releía un libro de Heidegger.
Catalina no volvió a ver, durante el resto de su estancia en Venecia, a Vicky. Un día quiso hacerlo, pero le fue imposible encontrar su casa. –Perdone, ¿la calle (...)? (Pero nadie conocía esa calle) La calle (...), en donde vivía Vicky (–Estoy absolutamente segura de que la calle se llamaba así) tampoco venía en los mapas de Venecia. Desistió: No volvió a ver, durante su estancia en Venecia, a Vicky.
109- ALGUNOS APUNTES FRAGMENTARIOS SOBRE LA CIUDAD DE VENECIA:
Por lo dicho queda evidenciado: Huyen sofocados (Lóbrega noche) Horripilantes murmullos (Larga barba y mueca sombría: El asesino) Por camino inseguro huyen sofocados (Pero más miedo tierra adentro: Cazadores esperan con guadañas) (...) Divergencias de opiniones, pero de Paoluccio Anafesto (Dux o Dogo) nada sabemos excepto su nombre (...) ...necesario copiar tan larga cita, ya que explica... ¿Podemos considerar su fundador a Carlomagno? (...) Rialto: del latín rivus altus: canal profundo (...) Negros pájaros. El peligro a media noche. Un cadáver putrefacto flota en la laguna (...) León alado: San Marcos. Y el miedo a los piratas del Adriático (...) ¿Quién no ha oído hablar de Marco Polo? (Risas, mosaicos, cafés, vendedores de recuerdos, restaurantes, Tiziano, tartuffi di mare, vino della casa, festival de cine en el Lido, el carnaval, la bienal...) pero de Paoluccio Anafesto (Dux o Dogo) nada sabemos excepto su nombre. Goethe, el vidrio de Murano, V.Carpaccio, Casanova, la “commedia dell’arte”, el puente de los suspiros... ¿Por qué el canto del gondolero bosqueja miedos y obsesiones de muerte? Thomas Mann, Nietzsche, Rousseau, Rilke, Goldoni (...) ¿Los amantes apasionados? ¿Las ratas bajo la sombra tardía? Tal vez dulce ensueño, la queja febril de las barcas que crujen, los templos plateados, los reflejos en el agua pausada ...) Y el misterio tras las cortinas. Porque, no obstante las apariencias, Venecia no era un delicado manjar para frívolos decadentes, sino (Huyen sofocados: Lóbrega noche) el chirrido de un gato fantasmal, la madera que se pudre (Cazadores esperan con guadañas) en lo negro, un susurro triste, una barca que desciende insegura (...) Hay, en suma, dos Venecias (La primera murmura bajo el puente): Ciertamente.
110- UNA SORPRESITA (SOL RADIANTE ALUMBRANDO)
Catalina no volvió a ver, durante el resto de su estancia en Venecia, a Vicky. Un día quiso hacerlo. Caminó durante horas por la ciudad. –Perdone, ¿la calle...)? (Nadie conocía la calle): La calle donde vivía Vicky. Tampoco venía en los mapas, pero como Catalina estaba absolutamente segura de que la calle se llamaba así (–Otra cosa no tendré, pero memoria...) continuó buscando: Caminó durante horas por la ciudad.
El ETERNO ENEMIGO DE LAS TINIEBLAS (el SOL ARDIENTE) infernalmente vivo lucía, alumbrando múltiples colores.
Caminó por callejas desconocidas y luminosas. Callejas estrechísimas (SOL ARDIENTE ALUMBRANDO) que no llevaban a ninguna parte. ¿Cómo sería capaz de encontrar la calle (...), si nadie era capaz de informarla, en aquel horrible laberinto?
El sol infernal, cada vez más vivo, impedía distinguir con nitidez las formas, que se mostraban irregulares, imprecisas...
Los gritos de los turistas (gentío horripilante que estremecía), las barcas desvaídas y solitarias, los palos verticales surgiendo del agua clara, los gatitos con su dulce maullido, el crujir de la madera ardiente...
Catalina caminó deprisa, sofocada, con pasos vacilantes, por desconocidas callejas; parándose, de vez en cuando, a preguntar a alguien. –Perdón, ¿la calle (...)? (Pero nadie conocía la calle)
Caminaba deprisa, mirando con ansiedad alrededor.
Y fue entonces cuando, inesperadamente, los vio a ellos:
¡El Doctor Pelayo y el mayordomo de Guzmán dándose de leches!– pensó Catalina con la boca abierta.
En efecto; En medio de una calleja perdida, sol radiante alumbrando, el Doctor Pelayo y el Mayordomo de Guzmán luchaban (SUCESIÓN VERTIGINOSA DE GOLPES) elegantemente vestidos (puños certeros, terribles directos), concentrados en el combate (pelea brillante y noble), sin prestar atención al público: Un grupo de curiosos venecianos.
¡Jo, yo flipo!
En efecto: ¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡QUE NO DECAIGA!, sol radiante alumbrando, el Doctor (¡PLAFF!) Pelayo y el Mayordomo (¡ZASS!) de Guzmán luchaban: Sucesión vertiginosa de golpear-boxear-fallar-encajar para (Directo con la derecha, con flexión de cintura) cara del adversario (Belleza de la violencia) romper, partir: Fulminar (Esquivar), pegar, jugar (Pugilistas veteranos) toda vez que ¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡QUE NO DECAIGA! todo esfuerzo es poco cuando: Puñetazo limpio (Opiniones divididas), fuerte pegada, meritoria labor (Tipo científico) de evitar los golpes del adversario, de desplazar (Juego de puños: ¡ZASS!) las piernas para (Hombre peligroso) puñetazos contundentes, con preparación técnica, fieles (Enseñanzas recibidas) a una aristocracia ardiente (Espíritu combativo) y fría, buscando el momento oportuno (¡CUIDADO!) conmocionar, vértigo ocasionar, reír incluso... ¡DISFRUTAR!; ¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡QUE NO DECAIGA! (Sol radiante alumbrando. Un grupo de curiosos venecianos). Y ellos dos, elegantemente vestidos (Puños certeros, terribles directos), concentrados en (espectáculo intrépido y noble, cabellos en desorden) sacudir: Ráfagas de puños como relámpagos entrecortados por una cierta dificultad para respirar (Sol radiante alumbrando: Elegantemente vestidos), para maniobrar (Gancho con la derecha en el estómago), para (Esfuerzos desesperados, vigor y rabia) con valor (Derechazo en corto al mentón) perseverar.
¡Jo, yo flipo!
En efecto: En medio de una calleja (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡QUE NO DECAIGA!) perdida sol radiante: ¡Alumbrando!, el Doctor (¡PLAFF PELAYO!) y el Mayordomo (¡ZASS DE GUZMÁN!) luchaban: Sucesión delirante, frenética, audaz, poderosa, sincera, anhelante, ambiciosa, incondicional, destructiva, indomable, agresiva, brillante, turbulenta, atropellada-disciplinada, vigorosa-agitada, enérgica-vertiginosa de golpear-boxear-fallar (¡FALLÉ!)-encajar (¡ENCAJA ESTO!) para (Directo con la derecha: ¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF!: Con flexión de cintura) cara del adversario (¡SÍ! ¡La violencia es bella y te aseguro que...!) romper, partir: Fulminar (Esquivar), pegar, jugar (Se nota que son pugilistas veteranos: 59 años el doctor Pelayo, 52 el mayordomo y sin embargo: ¡EN PERFECTA FORMA FÍSICA!) Toda vez que una pasión es un movimiento impetuoso del alma que nos arrastra (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡QUE NO DECAIGA!), toda vez que miedo es una turbación del ánimo, del alma ante un (¡CUIDADO!) peligro que nos amenaza: ¡PLAFF!, toda vez que todo esfuerzo es poco (Pasión o miedo) cuando: Puñetazo limpio (Sangre), fuerte pegada (Apetito irascible), meritoria labor (Fortaleza-prudencia), tipo científico de evitar: Los golpes: Del adversario: De desplazar juego de: Puños: ¡ZASS!: (Las piernas): para: (Hombre): peligroso PUÑETAZOS: Contundentes: Con preparación: ¡TÉCNICA!, fieles enseñanzas: Recibidas: A una: Aristocracia ardiente-espíritu combativo: Y fría. Buscando el momento... ¡OPORTUNO!: ¡CUIDADO!: conmocionar-vértigo ocasionar–reír incluso-¡DISFRUTAR!–¡ZASS!–¡CUIDADO!–¡PLAFF!–¡QUE NO DECAIGA SOL RADIANTE ALUMBRANDO!-Un grupo de curiosos venecianos y ellos dos elegantemente vestidos-puños certeros-terribles directos-concentrados en (Espectáculo intrépido y: Noble) cabellos desordenados sacudir: ¡SACUDIR!: ¡RÁFAGAS!: De puños como relámpagos entrecortados por una cierta dificultad para respirar-sol radiante alumbrando-elegantemente vestidos para maniobrar gancho con la derecha en el estómago para esfuerzos desesperados vigor y rabia con valor derechazo en corto al mentón perseverar.
¡Jo, yo flipo!
En efecto: En medio de una calleja ¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡QUE NO DECAIGA! En efecto: Perdida sol radiante alumbrando el Doctor plaff Pelayo y el Mayordomo (¡ZASS DE GUZMÁN!) En efecto luchaban sucesión delirante frenética audaz poderosa sincera anhelante ambiciosa incondicional destructiva indomable agresiva brillante turbulenta atropellada disciplinada vigorosa agitada enérgica vertiginosa de golpear boxear fallar fallé encajar encaja esto para directo con la derecha plaff plaff plaff con flexión de cintura cara del adversario sí la violencia es bella y te aseguro que romper partir fulminar esquivar pegar jugar se nota que son pugilistas veteranos: Paso adelante. Se nota que son pugilistas veteranos: Paso atrás. Se nota que son pugilistas veteranos: Eludiendo la derecha del atacante. Se nota que son pugilistas veteranos: Rápido movimiento del puño derecho. Se nota que son pugilistas veteranos en perfecta forma física toda vez que una pasión es un movimiento impetuoso del alma que nos arrastra zass cuidado plaff que no decaiga toda vez que miedo es una turbación del ánimo DEL ALMA ante un cuidado PELIGRO que nos amenaza plaff toda vez que TODO ESFUERZO ES POCO pasión o miedo cuando: Puñetazo limpio: Sangre como fuego. Puñetazo limpio: Superposición de golpes. Puñetazo limpio: Yuxtaposición de impactos sobre una cara. Puñetazo limpio: ¡Tortazos como destellos! Puñetazo limpio: CEREMONIA TERRIBLE. Puñetazo limpio: La violencia: ¿Qué es? ¿Cuándo se celebra su fiesta? Puñetazo limpio: Fuerte pegada. Puñetazo limpio: Apetito irascible. Puñetazo limpio: Meritoria labor. Puñetazo limpio: Fortaleza-prudencia. Puñetazo limpio: Tipo científico de evitar los golpes del adversario, de desplazar juego de puños (Puñetazo limpio) Puñetazo limpio, en efecto: ¿Espectáculo intrépido y noble?: ¡Jo, yo flipo! (¿Será amistosa la pelea?)
¿Será amistosa la pelea?– pensó Catalina.
Pero, poco interesada en aquel deporte (?), no esperó a ver la conclusión del combate (?) Desistió también, pues ya estaba cansada, de seguir buscando la calle (...). No volvió a ver, durante el resto de su estancia en Venecia, a Vicky.
11- EN EL HOTEL D’OR. CONVERSACIÓN ENTRE GUZMÁN Y CATALINA.
¿Sabes a quién vi ayer cuando salí a pasear sola?
(...)
Pues a tu Mayordomo.
A ese imposible, pues se encuentra en la Gran Ciudad. Precisamente ayer mientras tú saliste a pasear sola, estuve hablando con él por teléfono.
¡Pues eso es imposible, jobarse! Yo le vi aquí en Venecia y además... ¿Sabes con quién estaba boxeando?
¿Boxeando?
Sí, estaba boxeando con el Doctor Pelayo.
Bueno, creo que ya está bien de tomarme el pelo, guapa.
¡No te tomo el pelo, Guzmán, jobarse! Yo... ¡Bah, olvídalo! (Igual el sol me afectó a la cabeza y vi visiones, igual no eran ellos, aunque...)
112- AL REGRESAR A LA GRAN CIUDAD.
Al regresar a la Gran Ciudad Risas Festejos Danzar Disputar Estremecer (Calles anchas, TRÁFICO INTENSO), tras su estancia en Venecia los amadores apasionados (CIERTAMENTE), Catalina se enteró, por los periódicos y la televisión, de algo que (LÚGUBRES SOMBRAS) precipitó su alma joven (Allí estaba Catalina, paralizada) a los indefinidos abismos subterráneos del miedo: Vicky, la conocida top-model, se había suicidado en su residencia (en la Gran Ciudad)... ¡La misma noche en que Catalina se encontró con ella en Venecia!: Indefinidos, misteriosos abismos subterráneos del miedo. Temor de lo incomprensible, de lo imposible: ¿Cómo pudo Vicky suicidarse en la Gran Ciudad Risas Festejar Danzar Disputar Estremecer (Calles anchas, TRÁFICO INTENSO) mientras charlaba con ella en Venecia: ¡AL MISMO TIEMPO!? –Me estoy volviendo loca– pensó Catalina horrorizada, angustiada LA TÉTRICA MUERTE COMO NIEVE GALOPÓ POR SU ALMA AQUELLA TARDE. Ardía frío sudor la cabeza respiración entrecortada. Y sus lágrimas lúgubres. Indefinidos, misteriosos abismos entrecortados del miedo. -¡Es que no entiendo nada, jo! Ella estaba conmigo, luego no pudo suicidarse en otra ciudad al mismo tiempo, o acaso... ¿La chica con quién hablé era realmente Vicky la famosa top-model? ¡Sí! (CIERTAMENTE) Claro que era ella: RADIANTE, BRILLANTE, FLAMEANTE, REFULGENTE (–Hola encanto, pareces asustada– dijo Vicky): Aquí está su foto en los periódicos. Es ella, sí (CIERTAMENTE). ¡La misma con la que hablé toda la noche! SUBIERON. MÁSCARAS VENECIANAS DECORABAN LA ESTANCIA. VICKY SIRVIÓ UNAS COPAS DE ALGO. HABLARON. ¿Y si hablé con un fantasma? Pero los fantasmas– pensó Catalina –no... ¿Existen?
113- TODO SOBRE EL SUICIDIO DE VICKY.
El acontecimiento que ha revestido mayor importancia (CIERTAMENTE) estos últimos días ha sido, SIN DUDA ALGUNA, el suicidio de Vicky: La turbadora, sofisticada y romántica top-model (Vicky era el amor, o eso pensaba Francisco, pero...). El entierro (gentío horripilante que estremece) fue un éxito: Cientos de curiosos acudieron: ¡Gran expectación!
(Reportajes en las revistas del corazón!
Chismes: Un ídolo desaparecido. Una fotografía de la popular, joven y encantadora Vicky (En la página anterior)
Arriba: Sufrimiento, risas y dolor.
Abajo, a la izquierda: Con un característico modelo Otoño-Invierno (TALLE CEÑIDO. GENEROSO ESCOTE) Sin embargo...
Muere la célebre Vicky: Sugestiva (Sobre estas líneas) en traje de baño. A la derecha: Con tirabuzones.
(Los primeros días en que Francisco empezó a salir con Vicky llovía constantemente) El entierro (SOL ARDIENTE ALUMBRANDO) fue un éxito: CIENTOS DE CURIOSOS. GENTÍO HORRIPILANTE QUE ESTREMECE. Sin embargo...
Ha muerto en plena juventud, en plena, turbadora y romántica (A la derecha: Con tirabuzones) belleza, en pleno (GENTÍO HORRIPILANTE QUE ESTREMECE. SOL RADIANTE ALUMBRANDO) éxito.
Ha muerto la célebre Vicky en el apogeo (ARRIBA) de su belleza: Gran noticia para los ECOS DE SOCIEDAD: El acontecimiento que ha revestido mayor importancia (CIERTAMENTE) estos últimos días (SIN DUDA ALGUNA)
Sin duda alguna. Posiblemente la modelo de más renombre mundial de todos los tiempos, la indiscutible número uno del planeta, la depositaria de tantas turbadoras ilusiones adolescentes: ABAJO, A LA IZQUIERDA (Talle ceñido. Generoso escote)
¡¡TODO SOBRE SU TERRIBLE MUERTE!!
Todo sobre la (DUELO POPULAR) ilustre top-model Vicky.
114- CUANDO FRANCISCO SE ENTERÓ DE LA MUERTE DE VICKY
Aniquilado cayó al suelo dramáticamente de rodillas (Se encontraba solo en su habitación) como embriagado DESTRUIDO (APLASTADO) por el dolor. Pero de pronto pensó: ¿Qué estoy haciendo dramáticamente de rodillas (Se encontraba solo en su habitación) como embriagado DESTRUIDO (APLASTADO) por el dolor? En realidad... no estoy desesperado. ¡En realidad estoy TAN CONTENTO! No siento ningún dolor (Ni el más mínimo, ciertamente) por la muerte de Vicky.
¡EN EFECTO!: Francisco Fröbel (Voz y guitarra) no se engañaba: No sentía el más mínimo dolor por la muerte de Vicky. ¡AÚN MÁS!: Francisco se sentía feliz, MÁS FELIZ QUE NUNCA. La muerte de Vicky le había quitado un gran peso. Por fin era libre de los recuerdos de Vicky, que tanto le atormentaron. Ahora pensaba en ella y no había angustia. Ya no la echaba de menos. –¡Pero su en realidad yo nunca estuve enamorado de ÉSA!– pensó.
Sí. Cuando Francisco se enteró de la muerte de Vicky aniquilado cayó al suelo dramáticamente de rodillas (Se encontraba solo en la habitación) como embriagado DESTRUIDO (APLASTADO) por el dolor. Pero...
Cuando se levantó ya respiraba un aire más puro.
¡Pero si en realidad yo nunca estuve enamorado de ÉSA!– pensó. Y, con la cabellera en desorden, rió intensamente: Carcajada INFERNAL Y FANÁTICA que resonó INFORME PROLONGADA (¡JA, JA, JA, JA!) como un hacha fantástica para destruir todas las nostalgias. Y de las subterráneas regiones de su alma brotó, cerrando todas las heridas y abriendo todos los caminos, la ALEGRÍA:
¡En realidad estoy TAN CONTENTO! (CIERTAMENTE)
115- CANTO A VICKY (POR FRANCISCO FRÖBEL):
Oh, Vicky: Nunca podré reprocharte tu suicidio, pues al quitarte la vida me la has dado. ¡Sí!: ¡Tu MUERTE, hermosa Vicky, me ha dado la VIDA! ¡Desde que me dejaste (Oh, Vicky) mi vida fue un tormento, pues la más cruel desesperación (Y ANGUSTIA) se apoderó de mi (¿POR QUÉ ME DEJASTE? ¡OH!) pobre alma. ¡Cuántas veces me hice esta pregunta!: ¿POR QUÉ ME DEJÓ VICKY? ¿POR QUÉ ME DEJÓ LA MALDITA VICKY? ¡Te creías muy lista, TÍA! (Ése era tu problema): ¡TE CREÍAS MUY LISTA! Pues cuando yo decía “Tal filósofo dijo esto” tú decías MENTIRA ESO LO DIJO OTRO FILÓSOFO DISTINTO (Pero... ¿Me estás diciendo a la cara que yo no tengo ni puta idea de filosofía, TÍA?) Nunca podré reprocharte tu suicidio. ¡LEÍAS DEMASIADO! Cuando descubrí que te sabías la CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA DE KANT de memoria: ¡CASI ME DA ALGO! ¡Yo nunca pude pasar de la tercera página!: Nunca podré reprocharte tu suicidio, ¡PUES AL QUITARTE LA VIDA ME HAS DADO LA ALEGRÍA! La alegría, TÍA, de saber que nunca estuve enamorado de ti. La alegría de poder gritar por fin: ¡SOY FELIZ!
Sí, Vicky: Para que mi grito, como un hacha fantástica, destruya todas las nostalgias: Sobre tu cadáver, con toda la VIOLENCIA INFERNAL Y FANÁTICA que me es propia, quiero gritar: ¡¡SOY FELIZ!! (¿Cómo podría reprocharte tu suicidio?)
116- EN AQUEL TIEMPO
Francisco, Salvador y Juan Ignacio vivían juntos.
En aquel tiempo: Cuando regresó a casa se encontraba muy cansado. Se sentó en el diván y pensó que no sería capaz de levantarse de allí en toda la tarde. En aquel tiempo...
Luego: Invitaciones para el concierto de Arnold Schoenberg en la Catedral. Francisco pidió para él dos invitaciones pero... ¿Aceptaría Vicky? (Al fin y al cabo sólo había hablado con ella un par de veces)
EL CORAZÓN le latía con increíble fuerza cuando marcó el número de Vicky EMOCIÓN ALIENTO ENTRECORTADO.
SÍ, ERES FRANCISCO. (Pero...)
¿Quieres que te diga una cosa de Francisco Fröbel y los demás?: ¡No eran más que unos payasos!– exclamó Vicky.
Porque si comparas lo que ellos hacen con lo que hizo, casi un siglo atrás, Schoenberg: ¿Dónde diablos está su genialidad? ¿Dónde, sobre todo, la radicalidad? (Afuera empezaba a llover) Dentro de la Catedral todos los asientos estaban ocupados.
Pero ellos pretendían ser los depositarios de una tradición milenaria por hacer aquella musiquilla de pacotilla.
Su música parece buena, pero no te creas.
(Francisco estaba preocupado por Vicky) Y cada poco tiempo le preguntaba si estaba cansada.
Acabó el concierto y la multitud abandonó la Catedral.
¿Cuántos palurdos, como Francisco Fröbel, se habrán vuelto gilipollas perdidos por leer cuatro páginas de Nietzsche? Y luego, como todos los demás, Francisco era un machista: ¡COMO TODOS LOS PROGRES!
(Prácticamente solos en el Templo quedaron Francisco y Vicky)
Hermosa catedral: Tenebrosa el alma anhelante de Francisco afligías y consolabas con tu grito armónico y vertical (azul)
Catedral azul y fría: había fuego en tu interior (Afuera llovía)
Prácticamente solos en el Templo quedaron Francisco (EL PROGRE, EL GILIPOLLAS, EL MACHISTA, EL HIPPIE) y Vicky. Sí, COMO TODOS LOS PROGRES FRANCISCO ERA UN MACHISTA: Hablaba de liberación de la mujer (COMO TODOS LOS PROGRES, LOS GILIPOLLAS, LOS MACHISTAS, LOS HIPIES) y todo era sólo un pretexto para acostarse con la primera incauta que caía en sus ZARPAS.
(Afuera llovía) PRÁCTICAMENTE solos en el templo quedaron Francisco y Vicky. Entonces Francisco (EL PROGRE, EL GILIPOLLAS, EL MACHISTA, EL HIPPIE) encendió una vela a un santo.
¿Crees en Dios, Francisco?
No lo sé.
¿Me invitas a un café?
¡Claro que sí, Vicky! (Tomaron unas cervezas) En un bar con. Una decoración de. Colores estridentes (También. Una ración de “ensaladilla. A la española”.) Vicky habló a.
Francisco de sus.
Visitas a.
Málaga, de primitivas ceremonias, de. Sus padres. De su hermana y de. Toda su parentela luego. Hablaron. De camareros de camareras. De la última moda de japoneses. De música VICKY TENÍA EL PELO NEGRÍSIMO. Es curioso: hubo un día en el que un hombre (PROGRE, GILIPOLLAS, MACHISTA, HIPIE) me pareció un ÁNGEL, casi un DIOS. Me entregaba a él como el suicida se entrega a la muerte, y sin embargo... (...) Francisco sigue existiendo. No ha cambiado: Ni física ni espiritualmente: es el mismo, el mismo al que yo amé. Entonces pienso que soy yo la que he cambiado (YO, VICKY LA GUAPA, LA LISTA, LA MEJOR) ¿Sabes por qué?
PORQUE AHORA– DIJO VICKY –FRANCISCO FRÖBEL ME DA NÁUSEAS.
PORQUE AHORA- DIJO FRANCISCO –SOY FELIZ (Cuando se levantó ya respiraba un aire más puro)
¡Pero si en realidad yo nunca estuve enamorado de ÉSA!
-¿Crees de verdad lo que acabas de decir, encanto?
(Más tarde, los dos se encontraban en casa de Vicky) Ella preparó. CAFÉ. Por allí andaba. GHIRLANDAIO el. Gatito. Que aquella noche estaba algo. Violento y. AGRESIVO (¡RIIIINNGG!) (...)
Los primeros días en que Francisco empezó a salir con Vicky llovía constantemente. Estaba feliz APENAS COMÍA APENAS DORMÍA.
Pero si en realidad yo nunca estuve enamorado de ÉSA.
Lloviendo a chaparrón y sin paraguas EL MUNDO ES ASQUEROSO PERO. Me gusta.
¡Estoy enamorado de tí, Vicky!
¿Estás de broma?
Sí, estoy de broma. EN REALIDAD YO NUNCA ESTUVE ENAMORADO DE ÉSA: VICKY LA CREÍDA, LA TRAGALIBROS, LA RETRÓGRADA DEL PELO NEGRÍSIMO.
Para besar no hay que pedir permiso, Francisco.
Te quiero.
Qué bien tocas. En realidad nunca me pareciste demasiado feliz.
En realidad nunca estuve enamorado de ÉSA DEL PELO NEGRÍSIMO.
Me das náuseas, Francisco.
Soy feliz, Vicky. ¿Cómo podría reprocharte tu suicidio?
117- ¿QUÉ ACARICIAS ENTRE TUS SUAVES MANOS, VICKY?
¿Qué acaricias, dulce criatura melancólica, entre tus manos suaves? ¿Qué estrechas contra tu pecho mientras en tu rostro sonámbulo refleja el alma una humildad como de santidad embriagada? Dulce criatura melancólica: Tú eres el silencio que precede a la muerte, tu rostro pensativo y pálido (hermoso) es sólo una máscara venenosa que oculta las turbias aguas del dolor. ¿Qué acaricias entre tus suaves manos, Vicky? Las cuerdas del alma se estremecen con tu rostro de otoño. Una música enferma e insondable ensombrece el alma.
¿Qué acaricias entre tus suaves manos? ¿Un corazón? Sí. Abandonaste precipitadamente el cadáver de Francisco para poseer su corazón. Y ahora...
¡Mentira! Abandoné a Francisco porque me daba náuseas, porque le odiaba.
Abandonaste precipitadamente el cadáver de Francisco para poseer su corazón, y ahora, dulce Vicky de rostro pensativo y pálido (hermoso) y pelo negrísimo ACARICIAS TU TESORO CON (¡Mentira!) MANOS SUAVES. Y lo estrechas suspirando contra tu pecho desnudo que se estremece: –¡Mentira!
Mentira: En realidad yo nunca estuve enamorada de ÉSE.
118- EL MISTERIO VICKY.
Pero entonces, ¿quién fue en realidad Vicky? Su reciente suicidio ha hecho correr ya muchos ríos de tinta y ahora... ¡Descubrimiento sorprendente! Oculta tras el pseudónimo de Águeda Schoenberg, Vicky (La famosa top-model) había publicado complejos y sesudos libros de FILOSOFÍA (Que habían llamado la atención de los EXPERTOS): ¿Quién fue en REALIDAD Vicky?
119- PERO ENTONCES, ¿QUIÉN FUE
en realidad Vicky? Su reciente ACONTECIMIENTO SUICIDIO QUE HA REVESTIDO (Ciertamente) ESTOS ÚLTIMOS DÍAS CAPITAL IMPORTANCIA ha hecho correr ya muchos ríos (SIN DUDA ALGUNA) de tinta y ahora...
¡Descubrimiento (Sobre estas líneas) sorprendente!
Oculta tras el pseudónimo (Abajo, a la izquierda) de Águeda Schoenberg, Vicky (La famosa top-model, posiblemente la de más renombre mundial) había publicado complejos ((...) La disolución de las ideas ético-metafísicas...) y sesudos ((...) La materia áurea del oro es también...) libros de filosofía que habían llamado la atención de los expertos: ¿Quién fue en realidad la turbadora, sofisticada y romántica Vicky? (A la derecha: Con tirabuzones)
120- INCÓGNITAS EN LA VIDA DE CATALINA:
A: El perro que se volvió manso como un corderito.
B: Los perros disecados.
C: El misterio de Vicky.
D: El Mayordomo que no podía estar allí.
121- SALVADOR CONTINUABA
yendo al Cementerio con la esperanza de encontrar de nuevo a Catalina. Porque estaba enamorado de ella.
122- A CATALINA TAMBIÉN LE GUSTABA
pasear, a veces, por el Cementerio (Pero el caso es que hasta ahora nunca habían coincidido): Nunca habían vuelto a encontrarse en el Cementerio desde su PRIMER Y FAMOSO ENCUENTRO. Un día...
Catalina paseaba por el Cementerio. Silbaba entre las tumbas el viento. FRÍO. Otoño. LÍVIDAS TUMBAS CON SUS CRUCES. Lívidas apenas. Un murmullo (En la calma de la tarde). Catalina caminaba por el Cementerio casi desierto. El cielo tenía un color pálido. Y TRISTE. Los grandes y rígidos cipreses tenían la helada melancolía de algo. DULCE PERDIDO (PARA SIEMPRE). El Cementerio: En la tarde de otoño. Las (...) viejas (...) tumbas. Flores amarillas. Azules. Y rojas (Casi todas de plástico) Dos mujeres (...) enlutadas rezaban muy (...) a lo lejos, junto (...) TUMBA: Eran como (...) luminoso y blanco. Y las (...) caídas. PÁJAROS. Una mujer CESTA LEJOS TUMBAS. Entre (...) ...de piedra oscura. Otro, a la izquierda, se (...) por el que...
DE PRONTO ENTRE LAS BLANCAS Y TRISTES NUBES FLUYÓ LA LUZ DEL SOL CATALINA ESTABA AHORA SENTADA SOBRE UNA TUMBA BAJO LOS RAMAJES CUYAS SOMBRAS EXTRAÑAS TEMBLABAN CALMA SERENIDAD FERVOROSA CATALINA ALLÍ SENTADA
piensa en Vicky.
¿Por qué te suicidaste, Vicky?
¿Hablé contigo o con un fantasma, Vicky?
Nubes desfiguradas incendian el cielo, Vicky.
Creo que voy a ponerme triste, Vicky.
¿Reposas en calma bajo la losa, Vicky?
¿Por qué, Vicky?
Sí. Sentada sobre una tumba, bajo los ramajes cuyas sombras temblaban, Catalina pensaba en Vicky. Y fue entonces cuando se quedó dormida.
CUANDO, ASUSTADA, BRUSCAMENTE (SU CORAZÓN LATÍA MUY DE PRISA) DESPERTÓ
ya no estaba en el Cementerio
ya no era de día
ERA DE NOCHE
(Tengo mucho miedo) ¿DÓNDE ESTOY?
Se encontraba en el jardín del castillo de Guzmán.
Pero... ¿CÓMO HE VENIDO A PARAR AQUí? Hace un momento me encontraba en el Cementerio... ¿CÓMO HA ANOCHECIDO TAN PRONTO?
¿Cómo he venido a parar aquí?
Catalina caminó TEMBLABA sola por el gran jardín del castillo de Guzmán.
TENGO MIEDO y de pronto escuchó voces cercanas. Y ruidos extraños y lúgubres.
Se acercó sigilosamente y, escondida tras arbustos y ramajes para no ser vista (Tengo mucho miedo), observó la siguiente escena:
Guzmán, su Mayordomo y el Doctor Pelayo estaban allí. Y con ellos unos encapuchados (Lentamente caminaban cargando sobre sus hombros SOMBRAS DE PERROS o tal vez PERROS INMÓVILES SIN PÁRPADOS o quizá LOS RESTOS CASI HUMANOS DE UN SACRIFICIO. En cualquier caso PERROS ABSORTOS Y NEGROS (SOMBRAS).
¿Perros disecados?– pensó Catalina.
Quizá. O mejor la SOMBRA DE UNA SOMBRA.
Sombras de sombras de perros cargaban sobre sus hombros los encapuchados negros fantasmales: Guzmán, su Mayordomo y el Doctor Pelayo también estaban allí.
El Doctor Guzmán daba órdenes a los encapuchados (EXTRAÑAS ÓRDENES).
El Doctor Pelayo y el Mayordomo luchaban.
El Doctor Pelayo y el Mayordomo eran el Doctor Guzmán.
El Doctor Guzmán era el Doctor Pelayo y el Mayordomo en lucha: RAZÓN Y PASIÓN EN LUCHA.
Catalina consiguió escapar de allí sin ser vista.
123- ROMANTICISMO.
Un árbol que asustaba (Lo veía siempre Francisco Fröbel desde la ventana de su casa). Negro árbol de pena y miedo. Árbol de otoño. Doliente árbol de horror: ¿POR QUÉ ME DEJÓ VICKY? ¿POR QUÉ ME DEJÓ LA MALDITA VICKY? Árbol gélido desnudo. Pájaros negros como monjes, sin alma, tus pacíficos compañeros. DESDE QUE ME DEJASTE (OH, VICKY) MI VIDA FUE UN TORMENTO. Tus ramas se quebraban como una corona de espinas sobre el sangrante cielo de la tarde. Árbol horrible tratando de abrazar las nubes desfiguradas. Ramas como danza borracha petrificada, hogar de cuervos que sus negras alas batían. OH, VICKY: NUNCA PODRÉ REPROCHARTE TU SUICIDIO, PUES AL QUITARTE LA VIDA ME LA HAS DADO. ¿Pedías, árbol negro, misericordia o amenazabas con tus ramas desgarradas tenebrosas? ¡SÍ! TU MUERTE, HERMOSA VICKY, ME HA DADO LA VIDA! Negro árbol: Amante del viento fragoroso y salvaje del invierno. Árbol doliente: SOBRE TU CADÁVER, CON TODA LA VIOLENCIA INFERNAL Y FANÁTICA QUE ME ES PROPIA, QUIERO GRITAR: ¡¡SOY FELIZ!! (Infinita angustia en la más lóbrega noche). ¿Contra quién (¡¡SOY FELIZ!!) te rebelas, Francisco Fröbel? ¿A quién va dirigido (¡¡SOY FELIZ!!) tu grito sublime? ¿A quién quieres igualarte gritando ¡¡SOY FELIZ!!? ¿Qué sueño, qué locura monstruosa hace que te revuelvas agitado (¡¡SOY FELIZ!!) en vez de esperar, en calma, tu muerte? Negro Francisco, nunca podrás desprenderte del suelo en que naciste: TU DESTINO. Nunca por más que, doliente, con horror, con sufrimiento, agites gélidas ramas hacia el cielo sangrante y misterioso de la tarde GRITANDO: ¡¡SOY FELIZ!!
¡¡NUNCA, FRANCISCO, NUNCA!! ¡El lugar de tu nacimiento será el lugar de tu sepultura.
Mientras, cuervos como monjes, sin alma, tus pacíficos compañeros de viaje. Y acaso...
Los que llevarán lejos, muy lejos, tu mensaje indescifrable: ¡¡SOY FELIZ!!
124- CATALINA EN LA FERIA DEL LIBRO VIEJO Y DE OCASIÓN.
Descubrió el libro “SOBRE EL DOCTOR GUZMÁN” en la Feria del Libro Viejo y de Ocasión, que tenía lugar todos los años en la Gran Ciudad, donde ella estudiaba (es un decir) y vivía (en un piso de estudiantes). Toda la mañana estuvo recorriendo los puestos. –No hay ningún libro que me interese– pensó.
Y de pronto descubrió el libro: “SOBRE EL DOCTOR GUZMÁN” (No sabía yo que Guzmán fuera tan famoso e importante).
Deme este libro, por favor.
Más tarde, sola en su habitación, Catalina se enteró de la vida de Guzmán. Aunque difusamente, pues el libro le pareció muy obscuro y no entendió muchas cosas.
125-BIOGRAFÍA DEL DOCTOR GUZMÁN TAL COMO LA ENTENDIÓ (DIFUSAMENTE) CATALINA:
Había nacido en un pueblecito algo cenagoso de la REGIÓN NEGRA en el año (...) en el seno de una familia atormentada.
En el año (...) comenzó Guzmán a ganarse la vida: Extraña muerte de su padre. Grandes aptitudes desde muy joven para la filosofía. Se inscribió luego en cierto centro. Química. Patología. Desaliento. Desesperación. Fascinación por oscuras y secretas ciencias. Fascinación por terribles banderas. Cárcel. Huída: PEREGRINACIÓN.
Su primer artículo científico: RECONOCIMIENTO.
Estancia de tres meses en (...)
De nuevo: Cárcel. Estudio de oscuras ciencias. Libertad: PEREGRINACIÓN.
Continúa la fascinación por terribles banderas.
Su segundo artículo científico: ESCÁNDALO Y POLÉMICA (Desaliento). Este segundo artículo trazaba las bases de algo tenebroso, enraizando con tradiciones populares y viejas leyendas. En otras palabras: Abría una vía, nueva y lúgubre, para acceder al MUNDO: Una vía nueva que era como un brebaje viejo y mágico. O como la materialización de una angustiosa pesadilla (¿Espíritu de ciertos antepasados?)
ESCÁNDALO Y POLÉMICA. Desaliento: PEREGRINACIÓN.
Luego: LA GUERRA:
Violentos incidentes.
En medios políticos y económicos se subraya (...)
Demasiadas víctimas.
Luchas tribales.
Divisiones étnicas y religiosas.
Tierra quemada: destruida en gran parte la cosecha de cereales.
Destruidas las provisiones para el invierno.
El gobierno rechazó la oferta y abrió el camino del enfrentamiento.
El coste humano dependerá en gran parte de (...)
El éxito y eficacia de la acción.
Las estrategias y los equipos de combate.
La supremacía aérea.
Los gravísimos disturbios.
El número de víctimas mortales ronda... (...)
Los heridos son más de... (...)
(Muchos de ellos en estado crítico).
Viene a esta doble página los tiroteos y la evacuación de los heridos.
Luisito (Sobre estas líneas), que lleva chándal con capucha roja, yace muerto en el suelo de la Gran Ciudad, víctima de la SUPREMACÍA AÉREA.
(A la hora del recreo una bomba destrozó sus cuerpos).
Sí. LA GUERRA: Donde el Doctor (el capitán) Guzmán murió. ERA PRIMAVERA:
Ya es primavera, mi capitán.
¿Mi capitán?
¡Capitán, capitán, mi capitán!
El capitán estaba muerto.
Muerto el odio.
Muerto el deseo.
Muertos los inaccesibles ojos hogueras cielos destellos tenebrosos abismos cristales fulgurantes del capitán.
Muerto cielo interior.
Muerto nubes afiladas.
Muerto allá sollozos signos distracciones.
Muerto océano miserable crujido amor rumor en fiesta.
Sangre en el borde roto de la boca del capitán silencio lamentos melodía.
¡Capitán, capitán, mi capitán!
(Pienso que la belleza de Catalina es lasciva y purpúrea y siento ya su nocturno y dulce aliento por anticipado. Siento un crepitar de balas en mi interior. O como si alguien dinamitara un ferrocarril en mi corazón).
¡Capitán, capitán, mi capitán!
El capitán nadó durante toda la noche. Era el único superviviente.
Averiado el motor, se vieron obligados a aterrizar en la selva.
(Tiene tu cuerpo, selva, cruel coraza
que impide traspasar tu verde muro
cuando respira sangre el cielo oscuro
y confusión de muerte y de amenaza.
Insomnio de espirales sin aliento
en busca van dos almas con anhelo
de un precipicio abismo hacia otro cielo
como niños que buscan su alimento.
Y el cielo rojo sangra, y violento
nos obliga a volar a baja altura
aun temiendo chocar con la espesura.
Y aun temiendo chocar con la espesura
vemos ahora una selva más hermosa
pero más tenebrosa y más oscura.
Donde el color se funde con la sombra,
donde la lluvia lucha con la lumbre,
y el horror, que ha llegado ya a su cumbre,
con tan densa belleza nos asombra.
Persiste el agua sobre el hierro ardiente,
y el piloto se lanza como fiera
buscando entre la niebla madriguera
y aterrizando en tierra bruscamente.
Bruscamente aterriza entre el ramaje,
y la selva terrible a la que amas
resquebraja su cuerpo con sus ramas.
Era primavera.
En mis brazos: ¡el cuerpo del piloto!
Y en mi alma un glaciar ¡Fin del viaje!
Salvé la vida yo. Se murió el otro.)
Prosigo errante y febril a través de esta vegetación monstruosa. Miedo, heridas, conmociones, brumas, aves, sangre, delirio, dragón invisible,
moribundo en este ardiente firmamento helado.
¡Hans Klaus!
¡Presente!
¡Peter Klaus!
¡Presente!
¡Albrecht Klaus!
¡Presente!
¡Willien Klaus!
-(...)
-¡Willien Klaus!
¡Ha muerto, mi capitán!
El capitán estaba muerto.
Muerto cuando la ratatatata ametralladora incendió de líquido fuego el pecho azul del capitán.
Oro, nieve renacida, cristales dulces lloran por el cuerpo deshecho del capitán.
El capitán: Hombre de gran cultura.
Podía decir:
¡Atentos reclutas! ¡Firmes!... ¡AR!
O también:
¡Atentos reclutas! ¡A cubrirse!... ¡AR!
O incluso:
¡Atentos reclutas! ¡De frente, paso li...GERO!
Ya las praderas se recogen en cálices azules,
ya se resquebrajan tus cabellos de hierro,
tus ojos volcanes cortantes, tus ojos luces rubias
transparentes como cicatrices latigazos.
Ya los cielos dibujan, capitán, en discontinua línea estelar, la estridente silueta de tu voz espada milenaria.
Ya los atletas, saltando ágilmente entre las ruinas, proclaman LA RESURRECCIÓN DE TUS DESPOJOS.
¡Capitán, capitán, mi capitán!
Capitán, capitán... ¡Mi capitán!
(-¡Jo! No sabía que Guzmán fuera tan famoso que le hubieran dedicado poesías y todo)... (...)
SÍ. SOLA EN SU HABITACIÓN, Catalina se enteró de la vida de Guzmán. Aunque difusamente, pues el libro le pareció muy obscuro y no entendió muchas cosas.
Guzmán, tengo mucho miedo.
¿Por qué?
Porque no sé si estoy despierta o estoy soñando.
¿Qué te importa, si eres feliz?
Pero es que en un libro, que compré el otro día, ponía que tú habías muerto en no sé qué guerra.
Los libros dicen muchas tonterías.
Yo te quiero. Nunca podré querer a otro hombre. Pero tengo miedo.
(...) Porque todo es muy raro y no entiendo nada de lo que ocurre. Los encapuchados del otro día en el jardín, por ejemplo...
Eran unos amigos que se habían disfrazado.
¿Para qué?
Para reírse.
¿Para reírse de quién?
De todo y de todos. ¡DEL MUNDO ENTERO!
Guzmán: TENGO MUCHO MIEDO.
126- UNA REVISTA DE ROCK HABLA DEL CONCIERTO DE “TEMPESTAD Y PELIGRO”, QUE TENDRÁ LUGAR EN LA GRAN CIUDAD:
Si tus oídos son sensibles cómprate unos tapones. No te pierdas (TALENTOSO GRUPO) sus decibelios MESIÁNICOS TENEBROSOS (Ríos infernales). Tendrás TEMOR, BRUSCA EXCITACIÓN, HIPNOSIS... ¡¡MIEDO!!
¡GRAN EXPECTACIÓN! (¿Estarán a la altura de las circunstancias?)
¡GRAN EXPECTACIÓN!: Los nuevos “Tempestad y Peligro” regresan (TOCARÁN EN LA GRAN CIUDAD).
Digo “NUEVOS” porque Juan Ignacio Rochowanski (Bajo) ya no está en el grupo.
Le sustituye YAKIN YAMA (Japonés).
J.P., el prestigioso crítico musical, habló con YAKIN YAMA, el nuevo componente de “TEMPESTAD Y PELIGRO”.
J.P.: –¿Por qué abandonó Juan Ignacio el grupo?
YAKIN YAMA: –Se metió monje.
J.P.: –Te estás quedando conmigo, tío. Y te recuerdo que hoy no es mi cumpleaños.
YAKIN YAMA: (JA, JA, JA, JA, JA) En serio. Se metió MONJE (Se ríe). Al principio los otros TAMPOCO PODÍAN CRERLO. Se metió MONJE por varias razones: LA PRIMERA: Estaba (más risas) harto de la competencia, de... ¿Sabes qué te digo?: ¡TANTA JODIDA MIERDA UNDERGROUND! Sí. Creo que el rock empezaba a darle mucho por culo. Por eso se metió monje, creo.
Tanta luz, tanto efecto visual, tanta espectacularidad... ¿Sabes? No es tan raro que acabara, TRAS SU CONVERSIÓN AL CRISTIANISMO (Súbita conversión, ciertamente), metiéndose MONJE.
J.P.: –Todo esto es lo más estúpido que he oído en mi vida.
YAKIN YAMA: –Yo creo, sin embargo, que la postura de Juan Ignacio es de las más sensatas que he visto en mi vida. Y da la casualidad de que son los críticos como tú los ESTÚPIDOS porque no entienden NO ENTENDÉIS una JODIDA MIERDA de nada.
J.P.: –¡No te pases, tío! Recuerda que no es mi cumpleaños y... (¡¡CUIDADO!! ¡¡PLAFF!!)
NOTICIA: EL PRESTIGIOSOS CRÍTICO MUSICAL J.P. AGREDIDO POR EL NUEVO COMPONENTE DE “TEMPESTAD Y PELIGRO”. POR UN MOMENTO SE PENSÓ QUE HABRÍA QUE SUSPENDER EL CONCIERTO.

127- JUAN IGNACIO ROCHOWANSKI FUE
un niño enfermizo y de carácter retraído. A los veinticuatro años entró en el grupo “Tempestad y Peligro”, cuyo líder, Francisco Fröbel, procedía de los desaparecidos “The Happy Generation”.
Luego: Giras, peleas (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡ME HAN HERIDO! ¡QUE TE JODAN!), denuncias conciertos (¡QUE NO DECAIGA, TÍOS!) en directo, etc.
(LA POSTURA DE JUAN IGNACIO ES DE LAS MÁS SENSATAS QUE HE VISTO EN MI VIDA).
¡Es esencialmente inmoral!– exclamó Juan Ignacio, y continuó diciendo: –Nocturno amigo, es esencialmente inmoral todo ese ¡BAWG! ¡PAW! ¡TCHHHH! ¡PZZRAT! (YO, JUAN IGNACIO ROCHOWANSKI, CREO AHORA EN LA EXISTENCIA DE UNA REALIDAD SOBRENATURAL, REVELADA EN LA PALABRA DE DIOS) –¡Eso es amargo como una negra blasfemia!– interrumpió, ironizó, exclamó, gritó Juan Ignacio –, y puedes meterte por el... (YO, JUAN IGNACIO ROCHOWANSKI, CREO AHORA EN LA EXISTENCIA DE UNA REALIDAD SOBRENATURAL en la melancolía de una tarde purpúrea REVELADA EN LA PALABRA sí, sí, de acuerdo DE DIOS) Porque Dios está en todas partes: En las sucias cortinas, en los cráneos calcinados de los animales con largos cuernos por las paredes, en las pequeñas cómodas de madera, en los libros y papeles en desorden, en una guitarra eléctrica sobre la cama deshecha... (TRAS LA VENTANA: EL TRÁFICO INTENSO, LAS CALLES ANCHAS, LAS NUBES DESFIGURADAS...) Con gesto vanidoso y cruel sonreía yo: Juan Ignacio. AHORA CREO EN LA EXISTENCIA DE UNA REALIDAD SOBRENATURAL, REVELADA EN LA PALABRA DE DIOS. Ahora puedo escuchar la llamada de Dios en los labios podridos de los acróbatas ebrios.
(AFUERA, TRAS LA VENTANA, EL TRÁFICO INTENSO).
YAKIN YAMA: Yo creo, sin embargo, que la postura de Juan Ignacio es de las más sensatas que he visto en mi vida.
¿Puedo yo dominar mis emociones?– preguntó Juan Ignacio.
¿Cómo puedes creer que el alma se divide en tres partes?– preguntó Juan Ignacio.
No te jactes– dijo Juan Ignacio.
Odio la prensa musical– dijo Juan Ignacio.
(SÍ. CREO QUE EL ROCK EMPEZABA A DARLE MUCHO POR CULO. POR ESO SE METIÓ MONJE, CREO.)
¿Dónde van los suicidas tras la muerte?– preguntó Juan Ignacio.
(AL REGRESAR A LA GRAN CIUDAD RISAS FESTEJAR DANZAR DISPUTAR ESTREMECER calles anchas, tráfico intenso, tras su estancia en Venecia los amantes apasionados CIERTAMENTE, Catalina se enteró, por los periódicos y la televisión, de algo que LÚGUBRES SOMBRAS precipitó su alma joven ALLÍ ESTABA CATALINA PARALIZADA a los indefinidos abismos subterráneos del miedo: Vicky. la conocida top-model, SE HABÍA SUICIDADO EN SU RESIDENCIA EN LA GRAN CIUDAD.)
¿Puedo yo dominar mis emociones?– piensa Juan Ignacio.
¿Puedo yo dominar mis emociones? Porque, hace unos días, casi se me saltan las lágrimas releyendo “Heidi”, de Juana Spyri. ¿Qué pensarían mis amigos si supieran esto?
(SÍ. CREO QUE EL ROCK EMPEZABA A DARLE MUCHO POR CULO. POR ESO SE METIÓ MONJE, CREO.)
Yo, Juan Ignacio Rochowanski, un tipo duro, CREO AHORA EN LA EXISTENCIA DE UNA REALIDAD SOBRENATURAL, REVELADA EN LA PALABRA DE DIOS.
Sí: Yo he sentido la llamada de Dios en mi alma (hogar humilde). Quizá porque el racionalismo escolástico no satisface a la juventud. O quizá porque, tras las negras horas, una muchacha (BERLÍN) sonreía pálida entre las negras flores.
(APARTA, OH SEÑOR, ESTE VIENTO FANTASMAL Y TRUCULENTO QUE SILBA EN MI ALMA DE HIERRO)
Ah, bueno, entonces nada– contestó Heidi.
(Lluvia tras los cristales.)
Y quizá, pienso a veces, en el caso de que mis dos amigos se convirtieran también al cristianismo, sería posible formar un grupo de ROCK CRISTIANO para cantar a Dios: CANCIONES ORACIONES, ¿POR QUÉ NO?
128- EN UNA REVISTA DE ROCK UNA PROSTITUTA HABLA SOBRE EL GRUPO “TEMPESTAD Y PELIGRO”:
Dice que fue contratada para una “excursión” al río: DESNUDOS SOBRE LO VERDE.
Desnudos sobre lo verde. Azul la queja suave del agua en el frescor del bosque. Aroma húmedo. Y el sonido indolente de una guitarra. Catalina espió, escuchó, miró ardientes purpúreos desnudos: ¿Celebración antigua?
NO. Sólo hombres de ALMA SUCIA y PROSTITUTAS CONTRATADAS.
(PERDONA, OH SEÑOR, MIS PECADOS)
Perdona, oh Señor, todos los pecados (Desnudos dorados sobre lo verde) que emponzoñaron mi alma de hierro: CATALINA VIO ALGO MÁGICO Y PURO. SE EQUIVOCABA: Sólo eran hombres de ALMA SUCIA y PROSTITUTAS CONTRATADAS.
Deben de ser hippies– pensó Catalina mientras se acercaba para observar mejor la escena.
EN EFECTO. Catalina no se equivocaba: ERAN HIPPIES. HIPPIES DE ALMA SUCIA. Y PROSTITUTAS CONTRATADAS (PERDONA, OH SEÑOR, A TU SIERVO JUAN IGNACIO ROCHOWANSKI)
-¡Jo, yo flipo!- pensó Catalina.
129- EL CONCIERTO (¡POR FIN!) DE “TEMPESTAD Y PELIGRO” (DONDE ACUDIÓ CATALINA CON SUS AMIGAS DEL PISO).
Más de 2.000 personas. ¡EXPECTACIÓN INUSITADA! Gentío horripilante (El ser humano: ¿Animal MASA CHIMPANCÉ violento por naturaleza?) que (¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! ¡ME HAN HERIDO! ¡QUE TE JODAN!) estremece: ¡Creo que han cambiado de bajista!
Más de 2.000 personas. ¡EXPECTACIÓN INUSITADA! (¡YA SALEN!). Confusión, infierno de aullidos, rostros como máscaras, CEREBROS-CORAZONES vacíos IRGUIÉNDOSE EN UN CLAMOR NO-HUMANO: ¡YA SALEN! ¡YA ESTÁN AQUÍ!: “TEMPESTAD Y PELIGRO” (Voz y guitarra: Francisco Fröbel. Percusión: Salvador Blättner. Bajo: Yakin Yama) ¡HAN CAMBIADO DE BAJISTA!
¡YA ESTÁN AQUÍ! Expectación confusión de rostros como máscaras cerebros vacíos CLAMOR NO-HUMANO para tal vez MASA CHIMPANCÉ olvidar: No sufrir: ALUCINAR.
¡YA ESTÁN AQUÍ!: Variada mezcla de sonidos, violencia LADRIDOS para quemar destruir enmudecer no pensar. MÚSICA-ALIMENTO para (abismo-luces- RUIDO-TERROR) tinieblas muerte anticipar: GEMIDOS APAGAR.
¡YA ESTÁN AQUÍ! (VUELTA A LOS ESCENARIOS). Focos laterales iluminando abrasando ojos sombras MÚSICA NEGRA DESTROZADA corazones desgarrados de los componentes del grupo: Dioses por una noche INFIERNO HORROR IMPLACABLE cabelleras rojas o verdes (montaje de luces) y el humo del martirio: ¡HAN CAMBIADO DE BAJISTA!
¡YA ESTÁN AQUÍ! MÚSICA ALIMENTO (Percusión-exhibición-distorsión-desesperación) PARA JÓVENES VIOLENTOS UNIVERSITARIOS PIJOS CIUDADANOS PRÓSPEROS DEL MAÑANA. ¡YA ESTÁN AQUÍ!: ROCK, VIOLENCIA, FUERZA MOTRIZ DE LA EVOLUCIÓN NO-HUMANA de animales como hombres de capacidad cerebral invariable: ¡HAN CAMBIADO DE BAJISTA! !Han cambiado de ¡ZASS! ¡CUIDADO! ¡PLAFF! bajista y MÍRALOS CÓMO ESTREMECEN (CLAMOR DE MÁS DE 2.000 PERSONAS) a las jóvenes adolescentes incendiadas por la PASIÓN-DESEO-ANHELO DE MARES-TEMPESTADES DE LIBERTAD (Quizá las futuras esposas de los ciudadanos-funcionarios del mañana).
130- CASI LA TOTALIDAD DE LOS JÓVENES
(Unas 2.000 personas) que se congregaron ayer en el concierto de “Tempestad y Peligro” eran UNIVERSITARIOS (Como ocurre siempre). Y es que los “TEMPESTAD Y PELIGRO” son MÚSICA ALTERNATIVA PARA GENTE ALTERNATIVA (Risas).
131- GUZMÁN, TENGO MIEDO.
¿Por qué?
Porque no sé si estoy despierta o estoy soñando.
¿Qué te importa si eres feliz?
Pero es que en un libro, que compré el otro día, ponía que tú habías muerto en no sé qué guerra.
Los libros dicen muchas tonterías.
Guzmán.
¿Qué?
Tengo mucho miedo.
132- UNA INTERESANTE EXCURSIÓN.
Otoño. Una interesante excursión. Muy temprano, hacia las afueras, a través de la Gran Ciudad, ella caminaba. Negras árboles con sus amarillas hojas de otoño. Un murmullo apenas vespertino y frío y tinieblas nocturnas que persistían. Figuras lentas y dispersas. Catalina Kupferbergen caminaba hacia las afueras, a través de la Gran Ciudad casi desierta. El cielo tenía un color sucio y triste. Los grandes y rígidos edificios de la Gran Ciudad tenían el color del otoño. Florida por el oro de las primeras luces despertaba la ciudad de su sueño fantasmal, crujía bajo la bóveda celeste. Borrosos, velados edificios. Catalina Kupferbergen caminaba sola, a través de la Gran Ciudad hacia las afueras.
133- LAS AFUERAS.
Los negros postes de la luz. Sus cables, renglones del cielo. Casa calladas, pequeñas y enternecedoras. Casas amarillas, azules y rojas. Dos mujeres enlutadas caminaban a lo lejos muy juntas, como dos manchas sobre un fondo luminosos. Las gotas de rocío sobre la hierba verde y las hojas caídas. Una farola aún encendida y los jardincillos y el alegre jolgorio de los pájaros. Flameaba el sol de otoño cuando Catalina Kupferbergen caminaba por las afueras de la Gran Ciudad.
Atrás quedaba la Gran Ciudad. Sólo árboles de
134- RAMAS ONDULADAS
junto al sendero. Dulce frescor del día que comienza. Una mujer, con una gran cesta, caminaba a lo lejos. Entre la fronda, apenas se asomaba una casita de tejado rojo y oscuras chimeneas. Otra casita, a la izquierda, se camuflaba entre la verde vegetación y las verdes ramas de los árboles con su verde tejado. Goteaba el dulce rocío y susurraban las ramas de los árboles una melodía triste. Viejo sendero melancólico y en calma por el que Catalina Kupferbergen caminaba.
Sembrados. Campos amarillos, dorados, que se fundían con la luz. Las montañas azuladas en la lejanía. Un carro azul. Casas azules y dispersas. Dos hombres descargaban un carro, a lo lejos. Aves salvajes. Viejo sendero polvoriento por el que Catalina Kupgferbergen caminaba.
En el BOSQUE SOLITARIO, al mediodía, fluía la luz entre los árboles. Entre las difuminadas ramas doradas. Catalina Kupferbergen estaba sentada, apoyada contra un árbol, bajo los ramajes cuyas sombras extrañas temblaban.
Una serenidad fervorosa.
De incienso la siesta también se mecía, especialmente en sus azules, con el dorado del luminoso espejo del agua y los felices pájaros que cruzaban el bosque de los árboles entrelazados, para retener el dulce hastío de una mentira de oro (¡Qué paz después del concierto del otro día!- pensó Catalina) entre las nubes, que con infantil ternura a la voluptuosidad del mediodía daba desfallecimientos y guirnaldas. Formas caprichosas (–¡Qué paz después del concierto del otro día!– pensó Catalina) de las nubes que se extasiaban en una música mágica de difusa melodía confusa que se fundía en el verdor húmedo de la somnolencia.
Sí. Sentada sobre la hierba, apoyada contra un árbol, bajo los ramajes cuyas sombras extrañas temblaban, Catalina pensó: ¡Qué paz después del concierto del otro día!
135- Y, BRUSCAMENTE,
una voz la sacó de su ensimismamiento.
¿Eres real o eres un ángel?– dijo Salvador Blättner.
Pe... pero... ¡Salvador! ¡Creí que no volveríamos a encontrarnos nunca!
Yo también tenía ganas de volver a verte... he pensado tanto en ti... ¡TE HE BUSCADO POR TODAS PARTES!
El otro día estuve en tu concierto. ¡Estuvisteis geniales!
¡Te quiero, Catalina!
¿Por qué?
No sé. Porque ESTÁS BUENA supongo.
Pero yo sólo puedo querer al Doctor Guzmán.
¿Quién es ése?
¡Un tío de alucine! Tiene un castillo cerca de aquí, en el bosque.
¡Estás loca, tía! En este bosque nunca ha habido ningún castillo.
¡Tú sí que estás loco! ¡Sígueme! Te llevaré hasta el castillo y te presentaré al Doctor Guzmán.
Pero, misteriosamente, Catalina no pudo encontrar el castillo de Guzmán. Había desaparecido.
Catalina lloraba: –Pe... pero ¿Cómo es posible? No lo he soñado. ¡El castillo existe! ¡Y Guzmán!
Lo has soñado todo, Catalina: Olvídalo. Olvídate de ese Guzmán y su castillo (QUIZÁ NUNCA EXISTIERON).
¡No, no puedo olvidar! Yo quiero a Guzmán y nunca podré querer a otro. Y si Guzmán es un fantasma me da igual. Prefiero querer a un Guzmán inexistente que a cualquier otro de carne y hueso.
¿Y yo?
A ti nunca te podré querer, Salvador. Además me he enterado de que eres un hippie corrupto. ¿Te crees que no leo las revistas?
Entonces no me dejas otra salida– dijo Salvador. Y sacó un revólver del bolsillo de su chaqueta.
De incienso la siesta (¡NO, SALVADOR, NO!) también se (¡BANG! ¡BANG!) mecía, especialmente en sus azules, con el dorado del luminosos espejo del agua (y la sangre) y los felices pájaros que cruzaban el bosque de los árboles enlazados (Y LA MUERTE), para retener el dulce hastío de un cuerpo joven sin vida, que con infantil ternura a la voluptuosidad del mediodía daba desfallecimientos y guirnaldas. Formas caprichosas (¡La he matado, Dios mío, la he matado!) de las nubes que se extasiaban en una música (¡BANG! ¡BANG!) mágica de difusa melodía confusa que se hundía en el verdor húmedo de la somnolencia.
SOMNOLENCIA: EN EL BOSQUE SOLITARIO, AL ATARDECER, ENCONTRARON LOS CADÁVERES DE DOS JÓVENES.
136- EN UNA PEQUEÑA HABITACIÓN.
En la pequeña habitación había un profundo silencio. Junto a la cama, un cofre negro cerrado tenía aspecto de féretro infantil. Nadie planchaba sobre la mesa roja. Máscaras de carnaval en las paredes y una caja vacía. Paredes descoloridas (profundo silencio) de un amarillo enfermo. Muy cerca del cofre negro y la cama deshecha: La mesa roja (Nadie planchaba). Nadie contemplaba los viejos objetos. Objetos oscuros y mudos perdidos para siempre en la tiniebla.
137- DEL DIARIO DE VICKY:
Me costó mucho fingir mi muerte.
No murió nadie por mí: Simplemente no murió nadie.
Tuve que sobornar a un juez, a un abogado, a siete policías, a un detective, a un electricista y a una señora de la limpieza: ¡Pero lo conseguí! Conseguí fingir mi suicidio, mi muerte.
ME COSTÓ MUCHO FINGIR MI MUERTE.
Y AHORA SIGO VIVA Y SOY LIBRE: Libre de los periodistas (Gentío horripilante que estremece) que me acechaban día y noche.
Murió Vicky la top-model.
Nació Vicky la filósofa, LA PENSADORA: CONDENADA (ESO SÍ, A VIVIR CON EL PELO TEÑIDO Y GAFAS OSCURAS.
Condenada a vivir en la CIUDAD PERDIDA, donde es difícil que alguien me reconozca.
138- EN EL GRAN MUSEO DE ARTE ANTIGUO.
Conoció al Doctor Guzmán en el Gran Museo de Arte Antiguo, que se encontraba en la zona vieja de la CIUDAD PERDIDA.
VICKY ERA UNA APASIONADA AMANTE DEL ARTE ANTIGUO.
Toda la mañana estuvo recorriendo las salas (Abriendo su alma A LA BELLEZA)
Abro mi alma a verdades eternas– pensó Vicky, y de pronto le vio a él: GUZMÁN.
El Doctor Guzmán la deslumbró. Vicky tembló. En su corazón bramó una tempestad que anunció, con toda la violencia, el AMOR. Sintió que la primavera regresaba, y la ternura herida: Como si una muñeca sonriera pálida entre las negras flores. ¿Y por qué razón? Porque se había enamorado a primera vista. ¡Tal fue la importancia de unos ojos!
El viento truculento y fantasmal de la pasión la empujó: –Tengo que hablar con él a cualquier precio– pensó.
El Doctor Guzmán estaba solo y miraba un cuadro. Vicky sintió un crepitar de balas en su interior (Abro mi alma a verdades eternas). O como si Lawrence de Arabia dinamitara su férreo corazón. –¡Mata lo inferior dentro de ti!– pensó Vicky, y se acercó a él.
Permítame que le diga, caballero, que ese cuadro que mira con tanta atención es sin duda (...)
Sus ojos, señorita, reconcilian a Heráclito con Parménides– dijo entonces Guzmán a Vicky por decir algo.
Vicky rió entonces. Rió también Guzmán.
Media hora después, en una cafetería, Vicky y el Doctor Guzmán charlaban animadamente.
El amor...
¿Qué es?
¿CUÁNDO SE CELEBRA SU FIESTA?
(FIN)